Ricardo Plata, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, Natasha Avedaño, Superitendente de Servicios Públicos Domiciliarios y Christian Jaramillo, director de la Comisión de Regulación de Energía y gas, Creg.
La Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, está en contra del proyecto que busca recortar el Cargo por Confiabilidad para destinar un porcentaje a la solución del problema de Electricaribe, el cual ya pasó su primer debate en el Congreso de la República.
Para la Creg, este cargo tiene una destinación específica y es garantizar que el país cuenta con energía firme en momentos de adversas condiciones climáticas como los fenómenos de El Niño.
La Comisión considera válidas las intenciones de la iniciativa pero dice que se está haciendo uso de un medio más que peligroso, eventualmente catastrófico. “El medio creo es un disparo en el pie”, precisó Christian Jaramillo, director de la Creg.
Según Jaramillo, en la coyuntura actual donde se tienen dos fuentes de necesidad de inversión grandes en el sistema, es desacertada la propuesta de modificar el Cargo por Confiabilidad.
Según la Comisión es muy probable que a la vuelta de tres años el país tenga un hueco en generación y de presentarse Un Niño, se podría producir un apagón, de manera que urge que lleguen esos inversionistas a construir las plantas de generación, cuyas inversiones son cercanas a los 800 millones de dólares .
Dice que además se necesita alguien que venga a invierta en la red de la región Caribe, cuyo estimado está en $7 mil millones al año durante un periodo de tiempo relativamente extenso. “Esta no es la hora de estarle diciendo a los inversionistas que de paso es probable que en tres años les cambiemos la regla y no le paguemos. Eso no suena una cosa inteligente”, anotó Jaramillo.
En funcionario recordó que en el Cargo por Confiabilidad no hay un contrato, la regulación no está sustentada en un arreglo contractual, sino que está sustentada en únicamente la confianza de que la regla se va a mantener.
Mala señal
La Superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios, Natasha Avendaño, se muestra de acuerdo con la Creg, precisando que no se puede solucionar un problema abriendo otro. Anota que generar esa confianza en los inversionistas le ha tomado muchos años al país, sobre todo teniendo en cuenta que Colombia tiene una dependencia alta de los recursos hídricos.
“Por su situación geográfica, las condiciones climáticas hacen que esta región sea un mercado con unas características diferentes al del resto del país y mandar esas señales al mundo, interesado en venir a invertir para la sostenibilidad energética del país en el mediano o largo plazo y para la solución definitiva al problema de la costa Caribe, pues sería mandar la señal totalmente contraria a lo que queremos encontrar”, dijo Avendaño.
Por su parte el viceministro de Energía, Diego Mesa, subrayó en que se debe ser muy cuidadoso con el Cargo por Confiabilidad, dado que ha sido un instrumento que le ha dado confiabilidad al sistema desde el momento de su creación en 2006, tiempo desde el cual no ha habido un apagón en el país.
“Este cargo puede estar sujeto a mejoras, pero es un tema que hay que estudiar con mucho detenimiento porque lo que está en juego es la confiabilidad del sistema”, manifestó el Viceministro.
Confiabilidad del sistema
La Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg) también se mostró en contra de la propuesta surgida desde un sector del legislativo, plasmada en los proyectos de Ley 130 y 132, los cuales buscan modificar los porcentajes del Cargo por Confiabilidad.
Para Andeg, los proyectos podrían llegar a ser inconvenientes ya que incorporar estos recursos dentro del presupuesto nacional, significaría que el suministro de energía dependa de la tramitología que tiene el presupuesto general de la Nación. Lo que equivale a retroceder en el tiempo unos 27 años.

Alejandro Castañeda, director ejecutivo de este gremio indicó que “sin duda existen problemáticas como la de Electricaribe que requieren recursos y medidas estructurales; sin embargo, su solución no debería generar riesgos para la confiabilidad del sistema, como el ocurrido cuando, debido a que los recursos de las plantas térmicas estaban dentro del presupuesto general de la Nación, los mantenimientos nunca se realizaron, y al llegar ‘El Niño’ de 1991, las plantas no funcionaron y se generó un apagón”.
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