diciembre 2, 2024

Padre Cyrillus Swinne, la voz cantante de los habitantes del Suroccidente

“Pensé que aquí había mucho qué hacer, había mucha pobreza y decidí quedarme, así empecé. Yo trabajo, sudo, lucho, pero sin perder el sabor de la vida.

El barrio La Paz, en el suroccidente de Barranquilla, tiene voz porque hace 41 años llegó un hombre que comenzó a cambiar su historia con trabajo social en salud, educación, deporte, tercera edad y con comunidades en condición de discapacidad. Ha sido un modelo a seguir hasta para el Estado. Se trata del padre Cyrillus Swinne, un holandés de nacimiento, quien afirma sentirse plenamente identificado con la alegría que caracteriza a los barranquilleros.

El padre Cirilo, como es conocido en la ciudad, nació en 1945, justo en los días en que renacía la esperanza de todos tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Aunque reconoce ser de Holanda, siente que una parte de su personalidad alegre está marcada porque su tierra natal es la provincia de Flandes, en la frontera con Bélgica.

“Allá nací. Los holandeses son un poco serios, pero en nuestra provincia nos gusta más la buena vida, la alegría. Yo trabajo, sudo, lucho, pero sin perder el sabor de la vida. Por eso es que me siento tan bien en Barranquilla, porque aquí tienen eso de no perder la capacidad de bailar y cantar, no se pierde el sabor a vida”, expresa.

Dice que esta ciudad y su gente lo recibieron con los brazos abiertos. Y es que llegó a Barranquilla en la época de mayor goce: un domingo de Carnaval, el 20 de febrero de 1977. Asegura que llegó por casualidad, pues su destino era Perú. Esta ciudad solo era una estación, pero se terminó convirtiendo en su hogar, desde donde cada día hace su buena obra por los más necesitados.

En ese entonces –cuenta– el barrio La Paz era de los más pobres de Barranquilla, todo “era trochas y culebras”, porque no había barrios alrededor. “Pensé que aquí había mucho qué hacer, había mucha pobreza. Decidí quedarme de la mano con otros holandeses de la orden de Los Camilos. Así empecé”.

 

ACOMPAÑAMIENTO

Cyrillus Swinne se siente orgulloso del resultado de más de cuatro décadas de trabajo por las comunidades del suroccidente. Sin embargo, reconoce que la palabra clave para haberlo conseguido es “acompañamiento”. Así define el respaldo que ha conseguido del sector público, privado, la academia, medios de comunicación y el que considera el más importante: Dios.

“Podemos resumir mi presencia y la de quienes me rodean aquí como acompañamiento, porque tampoco somos unos héroes que vamos a solucionar todo. Más bien, acompañamos a la gente en su realidad y, con ellos, buscamos qué podemos hacer para que todos tengamos una mejor calidad de vida. Esta ha sido siempre la tarea de nosotros. Desde el principio, he tenido muy presente que uno solo no puede y hemos buscado aliados”.
Admite que ha podido “conseguir mucho” con sus aliados, y que eso es el resultado de una “lucha” de años, porque lo que hace no es más que una “obligación del Estado, no de un extranjero”. A ese Estado justamente lo reconoce como uno de los que ha apoyado su labor.

El segundo –dice– es la empresa privada barranquillera que ha respaldado a la gente de ese sector con muchos recursos. Entre esas, por ejemplo, menciona a la empresa Gases del Caribe.

“Tenemos la biblioteca popular del barrio La Paz, una cancha; nos han ayudado con muchos millones de pesos en todo este tiempo, junto con otras empresas grandes. El sector privado ha respondido, y eso es porque han visto que lo que nos han dado se ha invertido, nunca se ha perdido nada”.
El apoyo de las universidadesha sido importante para él porque les brinda más formación de calidad a todos, para la ejecución y en la puesta en marcha de diferentes proyectos, les ha permitido no improvisar.

Además, destaca la colaboración de la prensa, que ha servido como canal para mostrar a la comunidad de La Paz con sus capacidades, y así se ha cambiado mucho la situación del sector.

“El último aliado es nuestro Dios. Tengo una oración muy sencilla que es así: ‘Señor, el de los milagros eres tú, porque tú eres Dios, yo no. El que tiene que hacer milagros eres tú. Yo soy el del trabajo, yo trabajo y tú haces los milagros’. El resultado de los proyectos se puede ver porque Dios no nos ha abandonado”, enfatiza el padre Cirilo, miembro de la comunidad Ministros de los enfermos-religiosos Camilos en Barranquilla.

 

LOGROS DE GRAN IMPACTO

Entre sus obras más destacadas en pro del suroccidente de Barranquilla están la creación del Centro de Salud San Camilo, la Biblioteca Popular del Barrio La Paz, el Centro educativo de habilitación y rehabilitación integral CE Camilo, dirigido a jóvenes; el Hogar San Camilo, donde atiende a 65 personas de la tercera edad; el Colegio Comunal Mixto y la Red Educativa del Suroccidente, el parque Deportivo y Recreativo y Coliseo La Paz, y el programa de nutrición con un almuerzo diario gratis para 400 niños y adultos mayores de escasos recursos, entre otros.

El primogénito de su obra social fue el Centro de Salud San Camilo, que funcionó durante 38 años. “La salud es una jungla donde solamente sobreviven las fieras, y por eso hemos tenido que cerrar. Pero el Distrito lo va a retomar y se abrirá nuevamente. Ya están haciendo los diseños y esperamos que a principios del próximo año ya esté en funcionamiento”, dijo.

“Era un centro de salud que creció y terminó siendo una clínica. La gente está reclamando que se reabra y así será. El alcalde tiene ese compromiso y lo va a cumplir lo más pronto posible”.
Uno de los pilares que tiene actualmente es el Centro Ce Camilo, para los niños con discapacidad. Dice que de los 300 trabajadores que tienen bajo nómina todos sus proyectos, allí laboran más de 100.

“Tiene un taller de aparatos ortopédicos que es impresionante. En la casa lúdica, dedicada a los niños y jóvenes que tienen la tentación de meterse en drogadicción y violencia, ofrecemos otras alternativas, como por ejemplo el deporte, el arte, la pintura, el canto, entre otros”.

Pese a todas estas obras, Swinne afirma que el logro más importante de todos estos años no es ninguna de ellas, sino el hecho de haber aportado algo para que el Suroccidente de Barranquilla “tenga una voz cantante en el concierto de la ciudad”.

“Antes no era así, porque eran viston como unos pobres, mendigos que pedían cosas. Ahora hacemos propuestas de cómo se atienden a las personas con discapacidad, o a las personas de la tercera edad, o cómo se prestan unos servicios de salud de calidad, cómo se organiza una biblioteca pública y una casa lúdica”.

Finaliza diciendo que el mensaje más importante que puede dejarle a otros es que lo más gratificante de la vida es dar, no recibir.

“En nuestra sociedad consumista, todo lo que se promueve es que uno tenga más y más, y nunca encontramos la felicidad. Siempre busquemos ser mejores personas, en los ojos de uno mismo, en los de los demás y en los de Dios también. Ahí está la felicidad, no en tener muchas cosas, sino en ser siempre mejores”.

 

RECONOCIMIENTO

El trabajo de este apóstol ha sido reconocido con la nominación al Premio Héroes 2013 de la cadena CNN; ganador del Premio Solidaridad (2011) y el reconocimiento de la Reina Beatriz de Holanda, quien, a través de la Embajada de los Países Bajos en Colombia, le dio la distinción de Gran Caballero en la Orden van Oranje Nassau.

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