Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director de EL NORTE
En momentos en que el presidente Iván Duque está a punto de llegar a su primer año de gobierno, desde ya se está hablando en el país político de los posibles candidatos que aspirarían a sucederlo.
Se ha dicho, por ejemplo, que el profesor Sergio Fajardo viene recorriendo y seguirá recorriendo las diferentes regiones, no solamente para hacerles campaña a sus candidatos a las elecciones locales, sino para ir proyectando su nombre con miras a las presidenciales de 2022.
Y a otros nombres muy conocidos como los del ex vicepresidente, Germán Vargas; la actual vicepresidenta, Martha Lucía Ramírez y el canciller, Carlos Holmes Trujillo, se le suma el del alcalde de Barranquilla, Alejandro Char Chaljub, quien con su altísima popularidad en esta ciudad, se está abriendo paso como uno de los aspirantes con opción para llegar al solio de Bolívar.
Pero él no es el único dirigente costeño que estaría pensando en participar como candidato en las próximas elecciones para Presidente de Colombia. A nadie le cabe duda que el ex alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, oriundo del departamento de Córdoba, volverá a intentarlo, luego de haber obtenido 8 millones de votos en el debate pasado.
Y hay un tercer dirigente caribeño que quiere aspirar y ser presidente de nuestro país. Se trata del gobernador del Atlántico, Eduardo Verano De la Rosa, quien ya hizo un primer intento fallido para inscribirse por firmas, en esa oportunidad, a nombre del movimiento País de Regiones.
Los tres tienen demostradas fortalezas, que los han llevado a triunfar en diferentes elecciones y aparecer como influyentes y exitosos líderes en diferentes temas y escenarios políticos.
CHAR
El dos veces alcalde Alejandro Char, ha tenido una prolongada luna de miel con los barranquilleros, quienes apoyan mayoritariamente lo que viene haciendo por la ciudad, situándolo en todas las encuestas como el mejor alcalde del país. Su gran carta de presentación es sin lugar a dudas el proceso exitoso de transformación de la capital del Atlántico.
El carisma de este dirigente barranquillero, su contacto con la gente y eficiente gestión, lo han mantenido en una popularidad sin antecedentes, hecho que ha sido clave para que los medios de comunicación más importantes del país lo tengan en el radar e incluso lo promuevan como presidenciable.
Su nombre también comienza a caer bien en un importante sector de la clase política, tal como se demostró con el guiño del director del Partido Liberal, César Gaviria Trujillo, en la muy comentada reunión con el empresario Fuad Char, a quien le dijo que “a Petro no lo van a derrotar los bogotanos de corbata. Se necesita a alguien refrescante, diferente, que use cachucha, como Alex”.
Y claro, de entrada también contará con el respaldo de la poderosa maquinaria política de la Casa Char, conformada en este momento, sólo en el Atlántico, por tres senadores cuatro representantes a la Cámara, nueve alcaldes y cinco diputados.
Como debilidad tendría su escasa trayectoria como líder nacional, tema en el que seguramente sus expertos asesores comenzarán a trabajar una vez termine su período de alcalde, e incluso, en estos seis meses que aún le restan como mandatario distrital.
VERANO
El dos veces gobernador, Eduardo Verano De la Rosa, también barranquillero, ha desarrollado una buena gestión y ha hecho parte de una seguidilla de tres exitosos gobiernos liberales con el de José Antonio Segebre.
En sus dos gobiernos ha implementado una serie de ambiciosos proyectos que sin duda transformaron a los municipios del Atlántico en temas como infraestructura vial, educativa y hospitalaria, al tiempo que contribuyó al avance en cobertura y calidad de los servicios de agua potable y alcantarillado.
En privado, a su más estrecho círculo de amigos, les ha dicho que su proceso para llegar a la Presidencia de la República no está descartado.
Verano tiene como fortaleza su liderazgo regional con motivo del proceso de autonomía de las regiones que viene impulsando hace tres décadas. Eso le ha ayudado a tener reconocimiento nacional y por lo tanto no es una figura desconocida. Además, proyecta experiencia y conocimiento del sector público.
Un punto débil es que en su propio partido no lo ven como opción, tanto es así que el jefe de la colectividad César Gaviria está mirando hacia otro lado para buscar alternativas.
Además, en el Atlántico las bases del Partido Liberal están muy molestas con él, porque lo consideran el gran responsable de que el Liberalismo no lleve candidato a la Gobernación en las próximas elecciones, por cuanto no fue capaz de encaminar ningún proceso para que esta organización política mantuviera el control del Departamento, alcanzado durante tres períodos consecutivos.
PETRO
El ex alcalde de Bogotá y actual senador, Gustavo Petro Urrego, oriundo de Ciénaga de Oro, Córdoba, tiene como su principal carta de presentación los 8 millones de votos que sacó en las pasadas elecciones presidenciales, que lo sitúan hoy como el principal opositor del gobierno del presidente, Iván Duque.
Como quiera que la guerra y la paz continúan siendo temas principales en la agenda del país, el líder de izquierda aprovecha este escenario para sacarle ventaja a sus contendores con sus posiciones frenteras y reiteradas denuncias, que casi nadie se atreve a hacer.
Además, en la medida en que el accionar del actual gobierno no convenza a la mayoría de los colombianos, tal como lo señalan las encuestas, la figura de Petro podría crecer en el imaginario colectivo para aplicar un voto castigo a toda la clase política del país que rodeó a Duque en la pasada segunda vuelta presidencial.
Entre sus puntos débiles está el hecho de haber sido guerrillero del M-19, hecho que no le perdonan muchos colombianos y que siempre se lo sacarán en cara sus detractores; lo mismo que la cercanía que en un momento dado tuvo con el Chavismo. Y también que no le fue bien en su paso por la Alcaldía de Bogotá.
Al margen de las fortalezas y debilidades de estos tres líderes, todo apunta que después de más de un siglo de historia política, está muy cerca la posibilidad que Colombia tenga nuevamente, con uno de ellos, un presidente oriundo de la Región Caribe. El último fue el cartagenero Rafael Núñez durante tres períodos: 1880-1894.
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