Un proceso político electoral sin mucha sazón por lo previsible es el que acaba de vivirse en el Atlántico, con respecto a la Gobernación y la Alcaldía de Barranquilla; no así para el resto de municipios en donde el ambiente estuvo más agitado y hasta peleado.
El analista Alfonso Camerano Fuentes considera que no hubo escenarios de debate. “Faltó exposición de programas que le permitieran, al menos, a un sector del electorado saber lo que se proponían hacer los candidatos. En ese sentido hubo una falla tanto de la universidad pública como de la universidad privada y de los medios que regularmente conciertan las entrevistas de consuno para todos los candidatos, especialmente para Alcaldía y Gobernación”.
Agrega que también tuvo incidencia el hecho de haberse plegado la mayoría de los partidos a los candidatos de Cambio Radical, Elsa Noguera a la Gobernación, y Jaime Pumarejo a la Alcaldía de Barranquilla, lo que no dio mucho margen frente a los contendores.
En cambio, destaca el caso de otros municipios, como en Soledad en donde sí hubo pulso entre las distintas fuerzas políticas. “Creo yo que la elección de Rodolfo Ucrós, un raizal conservador de ese municipio, nunca fue opción frente a la posibilidad de las candidaturas tanto la de Cambio Radical como la del propio alcalde Joao Herrera, terminó siendo el candidato que desde los primeros anuncios de guarismos electorales se mantuvo como ganador”.
Por otra parte, el analista evalúa el avance de otros partidos en el Departamento al conquistar alcaldías que estaban en poder de adversarios. Se refiere a los municipios de Puerto Colombia en donde el candidato del Partido de la U superó al de Cambio Radical; en la de Malambo fue uno del Partido Conservador, quien desplazó al de Cambio Radical.
“Hay que decir, además, que la votación de un desconocido como Nicolás Petro, pues lo único que se sabía de él era que tenía el apellido de su padre, y logra casi 200.000 votos, de los cuales hay una gran votación liberal que fue la que salió decepcionada cuando desmontaron la candidatura de Oscar David Galán que lo sintieron muchos liberales raizales como una traición de César Gaviria a la posibilidad de ellos seguir siendo un buen aliado de Cambio Radical, pero con derecho propio a la Gobernación”, manifiesta Camerano.
En resumen, dice que hubo ganancia para el Partido Conservador, cuyas corrientes que lideran Efraín Cepeda y Laureano Acuña terminaron absorbiendo a los militantes del desaparecido Gerleinismo, y alcanzaron alcaldías, además de la de Malambo, como la de Polonuevo, Palmar de Varela y Piojó; por los lados del Partido Liberal, en Sabanagrande, Luruaco y Campo de la Cruz; el Partido de la U, en Suán y Puerto Colombia.
Incluso, Camerano concluye que la gobernadora Elsa Noguera es cuota de los conservadores en la alianza que convocó Cambio Radical, pues su núcleo familiar viene de esa corriente política.
Por su parte, el periodista y analista político José Granados asegura que los resultados electorales a Gobernación y Alcaldía de Barranquilla fueron previsibles desde el comienzo de las campañas. “Ya era lo que se había vaticinado en favor de las encuestas y así se mantuvo”.
Destaca la incidencia y consolidación que tuvo en la campaña del candidato Jaime Pumarejo, la gestión que ha venido desarrollando el alcalde Alejandro Char; mientras que en la de Elsa Noguera hablaron sus propios resultados cuando ésta sucedió al actual mandatario en ese cargo.
Por su parte, el politólogo Ferney Asdrúbal Rodríguez Serpa expresa que las elecciones a la Gobernación del Atlántico han pasado por la lógica política de evitar todo tipo de debate electoral.
“Al respecto, hay dos escenarios que permiten comprender este hecho que maltrata la cultura política y la democracia deliberativa. En el primero de los casos, la campaña de Elsa Noguera, tendría razones de peso para evitar todo debate electoral, pues llega a la gobernación a través de una coalición multipartidista que la arropa y representa una clase política hegemónica en la región que le garantiza mover todo un conglomerado electoral sujetado o fidedigno a estos intereses políticos, no solo representados en votos, también en una mayoría absoluta en la Asamblea Departamental”.
Suma a lo anterior, que la apuesta de la elegida no llegó con las manos vacías, su cara de presentación fue su administración en la Alcaldía Distrital de Barranquilla, la cual gozó de niveles representativos de percepción positiva.
En el caso de la Alcaldía de Barranquilla, el analista comenta que es casi una situación similar a la de la Gobernación del Atlántico; y cierra sosteniendo que para la Casa Char, “la Gobernación no deja de ser un desafió; la historia es cíclica, va y viene, y los hechos del pasado han demostrado que a mayor extensión del poder, menor cohesión o control del mismo. La trascendencia a la Gobernación va implicar un manejo más amplio donde deberán consolidar un modelo de gobierno que logre los mismos niveles de éxito que han logrado en el Distrito, de no ser así, el desprestigio para este proyecto político sería el inicio del declive de un proyecto expansionista”.
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