Por: Jennyfer Ahumada
La pandemia del Covid-19, ha tenido un impacto negativo a nivel social y económico en el mundo. Esta situación, que se centra en una emergencia de salud pública global, detuvo casi todas las actividades afectando las distintas áreas de producción de la sociedad. Las iglesias no son una excepción, pues también las actividades con los feligreses se vieron pausadas a raíz del coronavirus.
En esta coyuntura, iglesias católicas guiadas por la Arquidiócesis de Barranquilla, e iglesias cristiano evangélicas como Adoración al Altísimo hacen parte de muchas que han tratado de continuar con su labor diariamente.
La pastora Martha Villarreal Gómez, de la Iglesia Adoración al Altísimo, y el Padre Aquimedes González Bustamante, Vicario Pastoral de la Arquidiócesis de Barranquilla, contaron que “el impacto del Covid-19 en las iglesias ha sido grande, porque se necesita de los fieles para las eucarísticas y los servicios, pero que no han parado de realizar su trabajo desde que empezó la cuarentena. Además, de tratar de sostenerse económicamente con lo que sus fieles les ofrecen”.
El impacto económico por el que pasan las iglesias es complejo pues se sostienen con las ofrendas, diezmos y donaciones que los feligreses les brindan en cada servicio, asamblea o eucaristía. En el caso de la Iglesia Adoración al Altísimo, la cual es relativamente nueva, el impacto fue mayor, dado que los diezmos y las ofrendas disminuyeron significativamente y la sostenibilidad del templo se ha visto afectada.
“Los que están diezmando son columnas de la iglesia, y no todos lo están haciendo. Estamos apretados financieramente”, sostuvo la pastora Martha Villarreal.
En el caso de la Arquidiócesis de Barranquilla, la mayoría de las entradas que tienen son los aportes y ofrendas que hacen los fieles durante la celebración de la Eucarística Dominical, la Celebración de los Sacramentos, emisión de Partidas, entre otros, y, ninguno de estos servicios se han podido realizar por el confinamiento obligatorio. Por ende, el impacto económico, también ha sido marcadamente negativo. Sin embargo, algunos feligreses, de años, continúan realizando sus donaciones.
“Estamos pasando unas situaciones difíciles en las parroquias, hay otras que están un poco más organizadas y, algunas personas, entendiendo su compromiso con la iglesia, hacen sus transferencias electrónicas y continúan ayudando a que las parroquias cumplan con todo lo que requiere y su sostenimiento”, afirmó el padre Aquimedes González Bustamante.
La nómina de la Arquidiócesis de Barranquilla es grande, y con la situación de la pandemia, se han dificultado los pagos de la iglesia y su sostenimiento. Pero, siguen haciendo todo el esfuerzo para que cada uno de los empleados tenga su sueldo, prestaciones sociales al día y los gastos de la parroquia en los servicios públicos.
IMPACTO SOCIAL
El confinamiento obligatorio ha afectado el ritmo normal de las iglesias, pero también, les ha dado la oportunidad de reinventarse en la forma de transmitir el mensaje de Jesucristo por medio de plataformas digitales a sus feligreses. De esta manera, las Iglesias han optado por continuar con su labor a través de dichos instrumentos.
Las plataformas digitales que están utilizado son: YouTube, Instagram, Facebook, y otras herramientas que los ayudan al encuentro, donde pueden reunir a muchas personas al mismo tiempo. Estas redes, no solo se utilizan para la transmisión de las eucaristías y las prédicas, sino, también para brindar los mensajes de apoyo, enseñanzas, acompañamiento espiritual y humano a todas las personas que están viviendo esta pandemia. También, han utilizado otras herramientas para continuar con la formación cristiana y humana.
“El compartir y relacionarse los unos con los otros aviva y fortalece la fe, y el no congregarse la debilita. Ha sido un impacto grande el distanciamiento social pero seguimos transmitiendo el mensaje de Cristo, manifestó la pastora Martha.
“El coronavirus no ha impedido que la iglesia siga con su misión. Esta misión, el Señor la ha encomendado y las plataformas digitales han estado al servicio de la formación y comunión, y nos ayuda a celebrar y transmitir el culto, y a acompañar a la gente, que es lo más importante”, afirmó Aquímedes González.
Resaltó que en esta época de impactos negativos, también ha traído impactos positivos, como lo es la iglesia doméstica, “la pandemia ha hecho que cada familia sea una iglesia doméstica, pues, el padre, la madre u otro familiar, asume la voz de Dios y se encarga de evangelizar”, dijo.
LA APERTURA
Aunque el Gobierno aún no se ha pronunciado acerca de la apertura de las iglesias, éstas vienen preparándose para su reapertura, cumpliendo con protocolos de bioseguridad. La Conferencia Episcopal de Colombia, le presentó al Ejecutivo, unas posibles acciones y protocolos de bioseguridad para la reapertura de estos sitios que deberán reducir su aforo para evitar la propagación del Covid-19.
A través de mensajes a sus seguidores las iglesias cristianas evangélicas también socializan protocolos que implementarán para cuando les permitan abrir sus puertas al público para seguir entregando el mensaje de esperanza y de paz que tanto se necesita en estos momentos.
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