Los 6.7 kilómetros de arroyos canalizados en los últimos 12 años, con una inversión de 1.2 billones de pesos, no han sido suficientes para evitar que la intranquilidad se apodere de los habitantes del suroriente de Barranquilla cuando en la temporada de lluvias, los grandes caudales de los arroyos que confluyen en ese sector de la ciudad arremeten contra las viviendas con inundaciones y deslizamientos y, lo que es peor, siguen cobrando vidas con la fuerza de sus corrientes.
La más reciente víctima de este fenómeno de nunca acabar, se presentó durante el fuerte aguacero del domingo 8 de noviembre cuando a la altura de la calle Murillo con carrea 1, Carlos Arturo Renzo, de 30 años aproximadamente, fue arrastrado por un arroyo cuando hizo un alto en su labor de ‘rebusque’, pues aprovechaba la lluvia para tender un puente de tabla y facilitar el paso de las personas.
El 6 de octubre, Joel Díaz, de 42 años, cuando intentaba salvar el carrito en el que vendía helados, fue arrastrado por el arroyo que atraviesa de manera lateral el parque del barrio Las Mercedes.
Los sueños y vitalidad de los niños también se han visto truncados por los caudalosos arroyos de Barranquilla y su área metropolitana. El 4 de agosto del presente año Wilber Marceliano Hoyos Meza, de 7 años, perdió la vida cuando fue arrastrado por el arroyo El Salao en momentos en que jugaba con su hermana en el barrio Villa Angelita.
En menos de un año, son cuatro los menores que han fallecido a causa de los arroyos. Además de Wilber Hoyos, entre octubre y noviembre de 2019 fallecieron José David Morales, de 4 años; Jesús David Mercado, de 12, y Saith Yance, de 14.
En lo que respecta a inundaciones y deslizamientos, entre los barrios más afectados se encuentran: Rebolo, La Chinita, La Luz, El Bosque, Cuchilla de Villate, Villate, Esmeralda, La Manga, Bajo Carrizal y Santa María. En Soledad también se han visto afectados los barrios Villa Estadio, Villa Carmen II, Las Moras, Villa Merly y Juan Domínguez.
REBOLO Y ARROYO HOSPITAL
Cada vez que llueve, a los habitantes de Rebolo en el sector comprendido por la carrera 35 entre las calles 17 y 11, se les acaba la tranquilidad porque cuando el arroyo Hospital se desborda, las viviendas que se encuentran por debajo del nivel del pavimento, inevitablemente resultan inundadas.
Al ser consultado sobre este tema, el director de la Agencia Distrital de Infraestructura (ADI), Alberto Mario Salah Abello, explicó a EL NORTE que 26 viviendas del sector están siendo intervenidas para elevarles el nivel, 11 de ellas están próximas a ser entregadas según les ha indicado la firma contratista, consorcio Obras Hidráulicas 2016.
“En esa zona aún se encuentran 40 familias que fueron notificadas por parte de la Oficina de Gestión del Riesgo en el sentido de que están en un área inundable, por lo que se hace perentoria la evacuación, pues están debajo del nivel de vía de la calle 17 y, además, en esta época del año están por debajo del nivel del receptor natural de las aguas de arroyo Hospital y de los arroyos que atraviesan Rebolo mediante la calle 17 y las carreras 33, 33 A, 34 y 34 B”, sostuvo el funcionario.
Afirmó que a las familias que deciden evacuar se les ofrece la alternativa de albergue temporal mientras pasa la temporada de lluvias y así se lo han comunicado a los afectados.
“Entre esas 40 viviendas hay algunas que están sujetas a la intervención para elevarles el nivel, en este caso se les paga un arriendo mientras se adelantan los correspondientes trabajos”, anotó.
Salah indicó, así mismo, que existen otras casas que deben esperar la solución definitiva, es decir, cuando el caño de la Ahuyama sea implementado con las soluciones hidráulicas que necesita para poder funcionar debidamente como receptor de los arroyos. “En ese momento, las viviendas se librarán de las inundaciones”, precisó.
El funcionario enfatizó que el problema en este sector es más de cuenca, de factores externos, que hacen parte de un proyecto de la Alcaldía para conducir las aguas que bajan desde los barrios San Isidro, Alfonso López y Pumarejo.
CONSTRUCCIONES IRREGULARES
El director de la ADI informó que las inundaciones, avalanchas y movimientos de tierra en sectores como La Chinita, La Luz, El Bosque, Cuchilla de Villate, Villate, Esmeralda, La Manga, Bajo Carrizal y Santa María, son el resultado de construcciones irregulares en zonas de alto riesgo.
“Muchas de las zonas o de las rondas hídricas de nuestros canales pluviales están siendo invadidas. Avivatos han empezado a desarrollar construcciones y a lotear muchas de las rondas hídricas en el suroriente, el suroccidente, y en la localidad metropolitana”, indicó el funcionario.
Señaló que, a través de la Oficina de Gestión de Riesgo, se han realizado visitas, caracterizaciones censo a las familias que residen en las zonas inundables y se les ha notificado de que se encuentran en área de alto riesgo.
BASURAS E IMPRUDENCIAS
Uno de los factores que no permite el buen funcionamiento de las canalizaciones son las basuras que, por falta de cultura ciudadana, las personas siguen arrojando a las calles y a los arroyos, lo que tapona las rejillas evitando el drenaje de las aguas lluvias.
“Es necesario que todos comprendan que los arroyos son una solución a una problemática y que debemos cuidar los canales por donde transita el agua. La mejor manera de hacerlo es no arrojar basura y mantener las rejillas libres de desechos. Necesitamos mayor compromiso, solidaridad y cultura ciudadana”, dijo Alberto Salah.
Otra de las recomendaciones está relacionada con las conexiones al sistema de alcantarillado sanitario. “No se pueden conectar las aguas que caen a los techos y a los patios al sistema de alcantarillado porque se corre el riesgo de que esas aguas se rebosen”, expresó.
Mantener una actitud prudente es el llamado que las autoridades hacen a todas las personas para que no pongan en riesgo sus vidas al desafiar a los arroyos por más inofensivo que se vean porque el caudal crecido puede aparecer de imprevisto y arrastrar a personas y vehículos, tal como ha sucedido incontables veces durante la historia de Barranquilla.
ALCANTARILLADO PLUVIAL
El sistema de alcantarillado pluvial de una ciudad funciona como una red que se alimenta de ramales principales, secundarios y terciarios. Barranquilla tiene dos cuencas: la oriental y la occidental.
La cuenca oriental está conformada por los caños de la ciudad, entre los que se encuentran el caño de la Ahuyama que es el mayor receptor, caños del Mercado, Los Tramposos, y el río Magdalena. Hacia esa cuenca llegan gran parte de los arroyos de la ciudad. En la cuenca occidental, el gran receptor es el arroyo León.
Teniendo en cuenta lo anterior, el alcalde Jaime Pumarejo ha informado que su administración está enfocada en consolidar un sistema de alcantarillado pluvial para la ciudad, que se trabaja de manera paralela a la canalización de arroyos.
“Trabajamos en un plan maestro que no solo implica la canalización de arroyos, también se trabaja en las soluciones hidráulicas. Por ejemplo, estamos realizando canalizaciones internas en La Sierrita, El Bosque y Las Malvinas y, además, adelantamos soluciones hidráulicas alrededor de la calle 30 y avenida Cordialidad”, sostuvo Alberto Salah.
Agregó que también se avanza en la ejecución de los trabajos de canalización en un kilómetro adicional del arroyo La Felicidad, al igual que en la captación de la carrera 37 con calle 54 que se llevará a carrera la 27 con calle 57.
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