*La obra con la que se iba a garantizar agua potable permanente a más de 800 mil residentes del Suroccidente de Barranquilla, y a barrios de Soledad y Galapa, durante los próximos 20 años, tiene un atraso de cinco años. El Área Metropolitana, responsable, guarda silencio frente a cuestionamientos.
Por: REDACCIÓN EL NORTE
El megatanque que, en la Navidad del 2015, pondría fin a la angustia causada por la irregularidad con la que reciben el servicio de agua potable residentes en 42 barrios del Suroccidente Barranquilla y sectores vecinos de los municipios metropolitanos de Soledad y Galapa, ya lleva un estancamiento de cinco años.
Pese a que no pasa desapercibido, dada sus características de un enorme cilindro fabricado en acero pernado (inoxidable) y coronado con un domo del mismo material, que se erige en la cumbre de la loma de Sevilla como le dicen los residentes del barrio Siete de Abril al promontorio, su puesta en servicio es hoy un misterio.
“Creo que la ciudadanía barranquillera y la del Área Metropolitana están exigiendo que se explique qué es lo que está pasando, pues lo que se oye es que no ha podido ser entregada porque hay fallas técnicas que no han podido resolver; más lo último, los problemas jurídicos en los que ha caído”, señala Alberto Luna, coordinador del Frente Amplio Cívico de Barranquilla, una veeduría que le ha venido haciendo seguimiento desde que inició el proceso de construcción.
El vocero cívico explica que el contrato para el megatanque del Siete Abril, o supertanque como también es conocido, más la instalación de 6.311 metros de tubería, fue adjudicado el 21 de mayo del 2014, por un monto de 23.580 millones de pesos, pero el acta de inició solo se cristalizó el 9 de febrero del 2015, recibiendo el contratista el 50 por ciento como anticipo, bajo el compromiso que debía estar listo y en funcionamiento en los próximos 10 meses.
El contrato lo logró el Consorcio Hidrotanques, representado por el ingeniero civil Carlos Vengal Pérez. La capacidad de almacenamiento de la megaobra es de 25.000 metros cúbicos de agua potable que se reciben del acueducto de Barranquilla, operado por la Triple A, para solucionar problemas de abastecimiento, al menos, para un período de 20 años, mediante el sistema de gravedad, a una población metropolitana de 848.400 mil habitantes.
“En primer lugar, la Triple A no ha recibido el megatanque para ponerlo en funcionamiento”, sostiene Luna. En efecto, una fuente consultada en la empresa que presta servicios de agua, alcantarillado y aseo indicó que, oficialmente, este es un protocolo que debe darse por parte del Área Metropolitana de Barranquilla (AMB), responsable del proyecto, y aún no se ha concretado.
Agrega Luna que la veeduría tiene conocimiento que la estructura registra fallas porque las características del suelo en donde fue construida no son para soportar grandes volúmenes de peso. El cálculo es que el megatanque pesa cerca de 25.000 toneladas sobre lo que popularmente se conoce como barro gallego, o técnicamente arcilla expansiva, que es inestable.
LOS SOBRECOSTOS
También señala que además de tenerse indicios de que los sobrecostos se acercan a los 10.000 millones de pesos, la construcción del megatanque, así como la instalación del tubo principal de alimentación que pasa por la principal calle del barrio 7 de Abril y otras redes menores para la distribución domiciliaria, repercutió en la afectación económica de un grupo de comerciantes.
Asegura que varios quebraron, porque quedaron aislados por más de dos años, tiempo en que las vías se volvieron intransitables hasta que fueron repavimentadas.
Otro líder cívico del barrio Siete de Abril indicó que hoy hay sectores en donde antes la presión del agua les permitía gozar del servicio con normalidad, pero con la reubicación de redes, el suministro es irregular lo que genera los consabidos padecimientos.
“Es una obra que debió haberse entregado en octubre del 2015 y nada. Incluso, entre otras cosas fue inaugurada por el presidente (Juan Manuel) Santos junto con el vicepresidente (Germán) Vargas Lleras. Hubo todo un espectáculo de entrega de la obra cuando no estaba lista”, afirma.
Y añade que “yo creo que la ciudadanía barranquillera está pidiendo, en primer lugar, que se entregue en buen estado y completa, y en segundo lugar que haya responsables por los daños e imprevistos que han incidido en su aplazamiento. No puede ser que aquí no haya responsables con todo lo que ha pasado”.
MEGAPROYECTO ENREDADO
Además del trabajo de veeduría que lleva a cabo el Frente Amplio Cívico, en los estrados judiciales de Barranquilla, sobre todo en los juzgados sexto, noveno y décimo del circuito, se analiza información que busca despejar el panorama de la obra desde el mismo instante de su diseño, el proceso de contratación, su construcción, el presunto pago de sobornos, sobrecostos, incumplimiento del cronograma, errores en estudios de suelos, entre otras supuestas anomalías que han impedido la puesta en funcionamiento.
“Esta infraestructura fue un gran reto de la Ingeniería Nacional, teniendo en cuenta que es el tanque de abastecimiento de agua potable más grande de Latinoamérica, por lo cual su entrada en operación se realiza de manera gradual, llegando hoy a 4 grandes sectores de los 6 que se tienen previsto beneficiar”, dice un registro noticioso, del pasado 20 de marzo, de la AMB en su portal web sobre la megaobra.
Sin embargo, lo más reciente que ha salido a relucir es la denuncia de amenazas que dice haber recibido el abogado Luis Guzmán Chams, tras revelar el supuesto pago de sobornos y coimas (ver nota anexa).
A propósito del contratista, el Consorcio Hidrotanques, este fue conformado por la empresa del ingeniero civil Carlos Vengal Pérez y la firma P.V.C, que según las investigaciones es del mismo Vengal, solo que invirtió las iniciales de su nombre y apellido. Asegura que cumplió con la tarea encomendada y que desde hace cinco meses el megatanque ya funciona, y que no hubo sobrecosto; igualmente, negó que se hayan pagado coimas y sobornos.
No obstante, en sus declaraciones hay dudas porque no queda claro cuando en algunos apartes señala que aún faltan obras complementarias; e hizo una interpretación relacionada con la prefabricación del megatanque en Estados Unidos, pero ensamblado en Barranquilla, en torno al precio de dólar del 2014, cuando estaba en 1.800 pesos, y al de este tiempo en 3.500 pesos.
FALTARÍA UN TRAMO
Precisamente, analistas del proyecto señalan que aún falta por instalar un tramo de tubería que debe cruzar la Circunvalar de la Prosperidad para poder suministrar agua a comunidades de Galapa; pero lo que no se entiende es lo de la explicación de Vengal acerca de la fluctuación del dólar en este proyecto que ha debido estar listo a finales del 2015.
Por otra parte, la AMB asegura que en marzo pasado se hicieron pruebas al megatanque, y cita como garante al gerente de operaciones de Triple A, Ramón Hemer. “Un resultado positivo arrojaron las pruebas de distribución por gravedad del tanque 7 de abril, con esto se logra una mejora importante y se garantiza calidad en la prestación del servicio de agua potable para los habitantes de todo el suroccidente de la ciudad. La obra cumple con las especificaciones técnicas y se encuentra en perfecto estado su funcionamiento para más de 800 mil habitantes”, destaca la nota.
También revela la entidad que el costo total de la megaobra fue de “$36.000 millones, de los cuales la Nación aportó $12.000 millones y el resto fue cofinanciado por la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico”.
EL NORTE trató de conocer explicaciones y confirmación por parte del actual director del Área Metropolitana, Libardo Enrique García Guerrero, sobre si en realidad la obra está en servicio y bajo la operación Triple A; si falta aún una tubería que debe instalarse y cruzar la Circunvalar de la Prosperidad para poder llevar el líquido a comunidades de Galapa; si es cierto un nuevo estudio de suelos ante las críticas de haber sido construido en un terreno inestable; y ¿Por qué los sobrecostos?
Lo cierto es que el tema al interior del organismo es evadido y se ha convertido en un secreto.
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