febrero 7, 2025

Barranquilla azotada y atemorizada por elevados niveles de inseguridad

*Experto consultado por EL NORTE describe las causas de este flagelo y plantea lo que debería hacerse para contrarrestarlo.

REDACCIÓN DE EL NORTE

Los primeros meses de este 2021 en Barranquilla han estado marcados por altos niveles de criminalidad y violencia urbana. No acabamos de registrar un delito cuando debemos sumar acciones delictivas a esa estadística con eventos que afectan la percepción integral de seguridad, relacionados con extorsión, atracos, atentados homicidas, asesinatos, granadas en vías públicas, feminicidios, violencia intrafamiliar, microtráfico, y lesiones personales, entre otros.

Este escenario de creciente inseguridad, que también toca al área metropolitana y demás municipios del Atlántico, tiene atemorizada a la ciudadanía que reclama acciones más eficaces de las autoridades para frenar este flagelo.

Sobre este tema consultamos al abogado penalista, expersonero de Barranquilla y experto en seguridad, Arturo García Medrano, quien afirmó que estas acciones delincuenciales no pueden verse con la simpleza con que a veces tratan de explicarla algunos servidores públicos.

“Estos son hechos para preocuparnos no solo como autoridades, sino como sociedad civil y analizar lo que está pasando en este crecimiento inu-sitado del accionar delincuencial. Hay que ir al fondo de lo que está sucediendo, cuáles son sus raíces, y cómo podemos construir una ruta efectiva para enfrentar el delito urbano”, sostiene.

Explicó que el tema es de intervención de familias, personas y comunidades enteras. “Debemos trabajar en la transformación de esa conducta de violencia arraigada, de la venganza que enmarca muchos de estos hechos, analizar el papel que está jugando la población extranjera, cómo se está transformando el accionar delincuencial característico del territorio a unas acciones más violentas que irrespetan el derecho sagrado a la vida”, dice.

Afirmó que esta realidad crea el momento oportuno para que las autoridades de Barranquilla, entidades gremiales, organizaciones sociales, padres de familia, iglesia, instituciones educativas, y medios de comunicación se congreguen en un gran diálogo para trabajar articuladamente en la intervención integral que se requiere llevar a varios sectores de la ciudad y su área metropolitana para que dejen de seguir por la senda de violencia, lo que se refleja en las duras y crudas estadísticas que entregan las autoridades.

EVOLUCIÓN DELINCUENCIAL

El trabajo de campo, compartir con las comunidades y conocer de cerca los acontecimientos, le ha permitido a Arturo García observar la evolución delincuencial de la última década y hablar con propiedad de este tema.

Considera que el crecimiento del accionar delincuencial tiene unas profundas raíces y unas aristas que se distribuyen en diferentes sectores: no solamente es el narcomenudeo o el narcotráfico, es también el poder de la tierra y el fortalecimiento de organizaciones más allá de las que mencionan los organismos de seguridad como es el caso de ‘Los Costeños’ y ‘Los Papalópez’.

“Nosotros tenemos organizaciones de primer y segundo nivel, jerarquizadas, que no han sido validadas por los organismos de seguridad e investigaciones y que actúan en la clandestinidad, al igual que cualquier organización alzada en armas. Manejan diferentes nexos que se enriquecen con el secuestro, el paseo millonario y diferentes negocios”, sostuvo.

EL PANDILLISMO

“Frente a análisis equivocados, se desarrollan estrategias equivocadas”, es la premisa que defiende Arturo García al manifestar que no se ha querido entender la verdadera magnitud del problema que representa la multiplicación del pandillismo.

Asegura que esto no se resuelve cogiendo a 50 muchachos y colocando delante de ellos armas hechizas y cuchillos de madera para luego entregarles unos mercados o ayudas transitorias. “El tema que enfrentamos es de mayor alcance”, asegura.

Por ejemplo, afirma: “hay barrios donde tenemos identificadas 24 subagrupaciones de adolescentes que delinquen permanentemente, que hurtan, que ejercen acciones de violencia en las mismas comunidades, que consumen y distribuyen droga”.

El experto Arturo García remarco en que estos factores han venido incidiendo en el aumento del accionar delincuencial. “Más allá de la pobreza como a veces algunos expertos en la materia tratan de explicar, el problema es mucho más de fondo y tiene que ver con unas connotaciones y raíces que la sociedad civil barranquillera debe analizar como tal, de la mano de las autoridades”, expresó.

OLLAS DE DROGA

Recientemente, el ministro de Defensa, Diego Molano, escogió a Barranquilla para lanzar la estrategia nacional “Plan 100 contra el microtráfico”, mediante la cual realizarán 177 operaciones para destruir ollas de droga y hacer extinción de dominio de predios.

Dice García que este tipo de escogencia, contrario a ser un privilegio, es un compromiso del gobierno nacional de hacer presencia física en una de las ciudades más afectadas por la violencia, y el microtráfico es uno de los factores que la genera.

Efectivamente, el ministro Molano dio a conocer que en la capital del Atlántico existen, por lo menos, 300 ollas de droga.

“Este delito está cooptando niños, adolescentes y adultos. El Ministro dijo que están bajo el mando del clan del Golfo, apreciación que había sido negada en numerosas ocasiones. Esto nos debe llenar de preocupación, pues indica que estamos enfrentado, al menos desde el año 2014, el incremento de organizaciones que se han venido fortaleciendo y ganando terreno en toda el área metropolitana, inclusive en algunos municipios del departamento del Atlántico”, sostuvo Medrano García.

NOCHEADAS Y TARDEADAS

Otro de los factores que está generando el incremento delincuencial es el reclutamiento urbano de menores a través de eventos como las ‘Nocheadas’ y ‘Tardeadas’ al que las organizaciones delincuenciales convocan mediante las redes sociales, según explicó García Medrano.

“Están utilizando estos eventos como instrumento de reclutamientos en barrios del suroccidente, suroriente y área metropolitana de Barranquilla. Esto no es nuevo. Yo viví de cerca con otros padres de familia esta situación. Los menores son convocados, los llevan a un sitio determinado para una ‘tardeada’ y después de 7 de la noche eran llevados a vías públicas de la ciudad donde se distribuía droga”.

Anotó que se requiere un gran compromiso de las autoridades para llegar al fondo de esto e indicó, además: “lo que aquí se lanzó con el señor ministro de Defensa y las autoridades, pienso que más allá de generar un efecto mediático, es buscar efectivamente la destrucción e intervención de este tipo de sitios y antros de la muerte. Se necesita trabajar mucho en la identificación e intervención de comunidades donde madres y padres han visto cómo algunos de sus hijos han sido asesinados en medio de la ola de violencia , otros están en las cárceles y otros mutilados como resultado de los enfrentamientos”.

García Medrano insistió que todas estas circunstancias, generadoras de la violencia que se viven en Barranquilla, no se pueden enfrentar con paños de agua tibia, “las situaciones hay que enfrentarlas de fondo, hacer intervenciones en comunidades críticas. En el año 2012, las autoridades a través de un análisis de criminalidad y violencia urbana, realizado por universidades, priorizaron 25 barrios a intervenir, hoy esos barrios han crecido en violencia y necesitan seguir siendo intervenidos”, precisó.

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