enero 24, 2025

Ecoparque Mallorquín, con financiación asegurada

*El considerado proyecto bandera de la administración Pumarejo Heins y punto de partida de la estrategia ‘biodiverciudad’, inicia con una inversión de 80.000 millones de pesos.

REDACCIÓN DE EL NORTE

Dentro de los legados que quiere dejarle el alcalde Jaime Pumarejo Heins a Barranquilla se destaca el de la recuperación ecoambiental de la Ciénaga de Mallorquín, el último cuerpo de agua del sistema de amortización del extenso Río Magdalena antes de depositar sus aguas en el Mar Caribe, sector Bocas de Ceniza.

El megaproyecto, además, hace parte de la estrategia de ubicar a la capital del Atlántico en el estatus de las ‘biodiverciudades’, tendencia sostenible no solo nacional sino internacional, contempladas en acuerdos bioclimáticos suscritos por los países para salvar al planeta de la alta contaminación ambiental.

Mallorquín, según sus características de cuerpo de agua salobre, tiene una extensión de 650 hectáreas con una profundidad promedio de un metro, protegida por variedades de manglares que sirven de refugio a peces, reptiles, animales silvestres y aves migratorias.

Desde 1971 hace parte de los humedales del mundo cobijados por la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar) lo que obliga a las autoridades nacionales, regionales y locales a “velar por que las contribuciones, hechas por los humedales al bienestar humano, en todos sus aspectos, se reconozcan y fortalezcan en todos los sectores y niveles de la sociedad”.

Biólogos y expertos de Barranquilla Verde, autoridad ambiental del Distrito, destacan la importancia de la ciénaga con base en su funcionalidad como recurso natural que merece ser rescatado de su actual estado de deterioro ambiental, causado por la mano depredadora de los humanos debido al depósito de desechos, rellenos para construir vivienda informal, tala de mangle de manera indiscriminada, entre otras afectaciones.
“La ciénaga proporciona entre otros, los siguientes servicios a la comunidad: Retiene los sedimentos, los desechos acarreados hacia el mar y las sustancias tóxicas; sostiene la biodiversidad ya que es un área de cría, reproducción y refugio de especies animales en peligro de extinción, en especial de aves; resguarda la zona costera contra la erosión de vientos y mareas, estabilizan la línea de costa y mantiene la arena sobre la playa; protege a la población costera de inundaciones, olas provocadas por los huracanes y maremotos. Es barrera natural contra fuertes vientos y tormentas”.

Además, “frena el cambio climático porque captura gases de efecto invernadero, mientras absorbe, almacena y libera carbono; estabiliza las condiciones climáticas locales, principalmente las lluvias y temperaturas; es fuente de recursos para la comunidad. Este ecosistema es visitado por turistas, generando recursos económicos”, se señala en videos académicos de Barranquilla Verde sobre este recurso natural y su invaluable potencial ambiental.

INTERVENCIONES

La administración de Pumarejo, con la asesoría de expertos internacionales, concibió el ‘Plan Maestro para la Recuperación Integral de Mallorquín’, incluido en el Plan de Desarrollo 2020-2023 ‘Soy Barranquilla’. La inversión estimada es de 100 millones de dólares.
Se proyectan siete grandes intervenciones a lo largo de 980 hectáreas, incluyendo la recuperación integral del cuerpo de agua y el saneamiento del ecosistema, el ecoparque turístico, la playa de Puerto Mocho, un tren Tajamar, entre otros.

El megaproyecto será ejecutado por etapas iniciando con la construcción de la infraestructura del ecoparque, con una inversión inicial de 80.000 millones de pesos.

Este contempla la disponibilidad de 1.835 metros lineales de senderos peatonales palafíticos en madera, de 3 metros de ancho, más una torre-mirador de 8,3 metros de altura para el avistamiento de aves y contemplación del paisaje, así como baterías sanitarias. La aspiración es que entre en servicio del ecoturismo en el primer semestre del año entrante. También está previsto en esta etapa la adecuación de la primera playa urbana que tendrá Barranquilla en el sector de Puerto Mocho y que se llamará Playa Riomar.

Lo que ha sido calificado por el alcalde Pumarejo como el descubrimiento de la magia escondida de Mallorquín, tendrá impacto en la población en su área de influencia que está conformada por los 12.648 habitantes del corregimiento de La Playa y los 7.900 residentes en el barrio Las Flores.

A esa población ya se le ha hecho sensibilización mediante charlas, incluso a participar en jornadas de limpieza ecológica y reforestación con especies nativas. Igualmente, el megaproyecto se viene promocionando en el sector privado, pues dentro de los componentes se aspira a contar con una infraestructura ecohotelera, entre otros servicios ecoturísticos.

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