octubre 3, 2024

El accionar de Monómeros que beneficia 3.200 agricultores y a migrantes venezolanos

REDACCIÓN EL NORTE

Los productores agrícolas del departamento del Atlántico y la población migrante venezolana, son los dos frentes en los que la Fundación Monómeros ha centrado su atención este año y desde el inicio de la pandemia por el covid-19.

Las actividades de esta fundación siempre han estado muy orientadas a fortalecer el agro colombiano y en ese sentido lidera junto con la Gobernación del Atlántico una iniciativa tendiente a impactar de forma positiva a 3.200 agricultores en los 22 municipios del Atlántico.

El programa consiste en fortalecer la capacidad productiva del departamento brindando acompañamiento a los agricultores y ayudándolos a reactivarse económicamente. Para ello, de acuerdo a lo indicado por Rosa Cabrera, gerente de Asuntos Corporativos de Monómeros, se les hace entrega de unos kits agropecuarios que están compuestos por semillas de maíz, frijol cabeza negra y ahuyama. También fertilizantes, materia orgánica, herbicidas, insecticidas y herramientas.

Este programa ha venido escalando pues el año pasado se beneficiaron unos 2.253 productores y en 2021 se aumenta en un 30% la población a impactar. Además, tiene un componente adicional y es que el kit que incluye herramientas, tales como machetes con su lima, probeta plástica graduada, palas para la agricultura y un set de bombas de espalda, que se utilizan para rociar los cultivos de forma más tecnificada y que serán administradas por las UMATA.
“No solamente les entregamos las semillas y los insumos, sino también les estamos brindando acompañamiento técnico tanto a ellos en sus fincas como en procesos de capacitación, que irán de manera general a todas las comunidades, así como también al fortalecimiento de las Umatas”, precisó Cabrera, agregando que desde el componente de acompañamiento en finca, 8 ingenieros agrónomos van a estar en función de la productividad de este programa.

LA INVERSIÓN

La inversión aproximada es de 2.900 millones de pesos, de los cuales el 70% lo aporta la Gobernación del Atlántico y el 30% la Fundación Monómeros.

Resaltó Rosa Cabrera que los agricultores se encuentran muy entusiasmados, pues están recibiendo insumos de primera calidad, capacitación y acompañamiento técnico. A ello se le suma un componente de tecnificación, porque en la versión anterior desarrollaron una APP en donde se incluyeron todos los datos de los beneficiarios que participaron.

Explicó que en dicha aplicación se cuenta con información de georreferenciación, datos de la finca y de los productores que allí viven.

“Este año queremos ampliar el componente tecnológico iniciado en el programa anterior, ya que podemos sumar datos de más productores y así seguir logrando que el Atlántico esté más sistematizado en cuanto a la información de sus unidades productivas. Desde el año anterior, las Umatas cuentan con tablets que optimizan su trabajo de asistencia a los productores”, indicó la ejecutiva.

MUNICIPIO POR MUNICIPIO

Rosa Cabrera precisó que ya se hizo el evento de alistamiento del mencionado programa y que ahora se está en la entrega de los kits que se hace municipio por municipio, con lista en mano, con el apoyo de las UMATA. Estas entregas se realizarán hasta el jueves 9 de septiembre de 2021.

Teniendo en cuenta el impulso que la gobernadora Elsa Noguera viene dándole a la siembra de girasol, la iniciativa incluye el cultivo de 50 hectáreas de girasol oleico para el aprovechamiento agroindustrial y también turístico. Esta siembra estará a cargo de mujeres agricultoras de cinco municipios del Departamento.

De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación del Atlántico, este es el proyecto de intervención rural más grande que se ha hecho en muchos años en el departamento e impacta todos los municipios a excepción de Barranquilla.

POBLACIÓN MIGRANTE

La Fundación Monómeros en respuesta al compromiso que tiene con su país de origen, Venezuela y con Colombia en convertir el fenómeno migratorio en una oportunidad productiva y económica para la región, también ha venido desarrollando programas orientados al beneficio de esta población migrante.

Las actividades están enmarcadas en el proyecto Villa Caracas, a cargo de la comunidad de religiosos Camilos, del padre Ciryllus Swinne, el cual ha sido beneficiado con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo, BID.

La Fundación entra a apoya con brigadas de salud y huertas comunitarias.

Son 12 brigadas de salud que estarán desarrollando para atender 1.200 personas entre migrantes venezolanos, retornados y desplazados por la violencia, que viven en condiciones supremamente difíciles, no solamente por su situación de pobreza, sino también porque muchos están en condición irregular.


Aseguró la gerente de Asuntos Corporativos que son 10 brigadas orientadas a llevar servicios de medicina interna, ginecología, pediatría y vacunación y 2 que desarrollaron enfocadas en la inmunización por el covid-19.

Las primeras dosis de esa inmunización se colocaron el pasado 12 y 13 de agosto. Se aplicaron biológicos de Moderna y Pzifer para la población general migrante que sí contaba con condición regular y mujeres embarazadas y adultos en condición de discapacidad, independientemente de su condición migratoria.

“Logramos vacunar 466 personas con la primera dosis y las próximas jornadas se van a desarrollar en la tercera semana de septiembre. Se llevan a cabo allá en el propio Villa Caracas y se realizan en alianza con la Alcaldía de Barranquilla que facilitó los biológicos y la Fundación la logística e hizo la convocatoria con los líderes de la comunidad que han sido formados en el marco del proyecto Villa Caracas que auspicia el BID”, anotó Rosa.

Destacó la importancia de poder vacunar a estas personas en el mismo barrio donde viven porque muchos no pueden ir a vacunarse a otros puntos por diferentes limitaciones.

Esto además genera un tema de información y confianza porque algunos manifestaron que iban a otros puntos y que les decían que no podían vacunarlos. Había como una especie desinformación. Villa Caracas es un barrio de invasión que queda entre El bosque y La Ceiba. En él habitan más de 3.300 personas.

De acuerdo a la Fundación, la primera brigada de salud integral la realizaron el pasado 31 de agosto y en lo que resta del año se llevarán a cabo otras más.

Sobre las huertas comunitarias, Rosa Cabrera, mencionó que este proyecto todavía no está en ejecución, que está programado para arrancar el próximo año y que su objetivo es potenciar la agricultura urbana, que permita oportunidades de autoabastecimiento, seguridad alimentaria en las comunidades de manera primaria y también con posibilidad de intercambio.

Puntualizó en que van a seguir diseñando programas en beneficio de la población migrante y sus necesidades primordiales que son asistencia humanitaria y también mejoramiento productivo. “Tenemos visualizadas una iniciativa que se llama Semilleros de Emprendimiento, que lanzaremos próximamente y con la que esperamos beneficiar unas 510 personas en procesos de fortalecimiento de sus unidades de negocios”, anotó.

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