octubre 12, 2024

Banco Mundial ratifica que Colombia es uno de los países con más desigualdades en el mundo

El Banco Mundial ha ratificado lo que cualquier desprevenido nota en las calles de ciudades, barrios, pueblos; en el vestuario de la gente, escuelas y colegios, en la poca comida que consumen millones, en cualquier escenario: Colombia es uno de los países con mayores desigualdades económicas y sociales del mundo.

Según el organismo multilateral, en desigualdad de los niveles de ingresos, nuestro país es el segundo más alto entre 18 países de América Latina y el Caribe (ALC), y el más alto entre todos los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE.

Al aplicarse el coeficiente Gini, que es una herramienta con la que se mide la desigualdad, se halló que el ingreso del hogar alcanzó 0,53 en 2019, después de pagar impuestos y recibir transferencias. El coeficiente de Gini del país más equitativo de la OCDE, que es la República Eslovaca, fue del 0,24.

Un dato relevante e que los ingresos del 10 % de la población más rica de los colombianos es once veces mayor que la del 10 % más pobre. En la República Eslovaca, el 10 % de la población más rica gana tres veces más que el 10 % más pobre. Como se nota la diferencia es gigantesca.

El informe señala que las disparidades entre los ingresos en los adultos surgen de las brechas que se abren desde la vida temprana para las oportunidades de alta calidad en desarrollo infantil, educación y servicios de atención médica. Además, la desigualdad en el acceso a empleos de calidad amplifica aún más estas brechas, lo que convierte a Colombia en uno de los países donde las desigualdades son más persistentes entre generaciones.

El impacto económico del Covid-19 incrementó la desigualdad, empujando el coeficiente de Gini hasta 0,54 en 2020 y arrastrando a cerca de 3,6 millones de personas más a la pobreza.

MEJORAR EDUCACIÓN Y SALUD

Entre las recomendaciones del Banco Mundial para reducir las desigualdades en Colombia, se encuentra aumentar la calidad tanto de la educación como de la salud.

Precisa la entidad que se necesita acumulación de capital humano desde la primera infancia, para lo cual es necesario simplificar los procedimientos administrativos para que los ciudadanos accedan a los servicios de desarrollo de la primera infancia.

Igualmente, introducir un plan de estudios básico para las competencias básicas en todo el sistema educativo y brindar apoyo pedagógico a los maestros sobre las pautas del plan de estudios básico. Al mismo tiempo, fortalecer los vínculos entre la educación básica y terciaria, y asegurar la calidad y pertinencia del plan de estudios.

En lo que respecta a la salud, el modelo de prestación de servicios debe transformarse en un sistema de atención primaria de salud que se adapte a las necesidades locales, y se deben proporcionar acreditación e incentivos financieros a las aseguradoras de salud.

Dice que se debe promover el mercado laboral inclusivo, con medidas como regulaciones laborales acordes con el contexto económico, reducir trámites burocráticos para la contratación laboral formal, mejorar la calidad de los programas de reinserción laboral y de entrenamiento, y eliminar las barreras de acceso equitativo al trabajo, especialmente para las mujeres.

Debe utilizarse mejor el sistema fiscal para reducir la pobreza y disminuir las desigualdades territoriales dado que la desigualdad se ha agravado en los territorios más afectados por el conflicto armado, lo que ha intensificado las disparidades en el acceso a los factores productivos, en particular a las tierras rurales.

Otra de las recomendaciones es reducir el impacto de los choques climáticos, pues estos afectan en mayor medida a las personas vulnerables. Se plantearon medidas como promover la agricultura climáticamente inteligente.

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