*Ante el accionar de la delincuencia y la preocupación en el ciudadano, autoridades del Distrito, con el apoyo del Gobierno Nacional, dispone de la estrategia ‘Contigo Barranquilla’. Resultados que se destacan.
El más reciente indicador, relacionado con la percepción de inseguridad en la capital del Atlántico, sin dudas, es uno de los factores que tiene a las autoridades trabajando de manera unida y pactada hacia un único fin: Devolverles la tranquilidad a los barranquilleros.
La iniciativa ciudadana Barranquilla Cómo Vamos ilustra la situación mediante una reciente encuesta virtual, realizada entre el 4 y 25 de agosto, que también tuvo radio de acción en Soledad y Puerto Colombia, que destaca que el 41% de los encuestados (1.647 personas) manifiesta sentirse “nada seguros”; un 19%, inseguro; 21%, ni seguro, ni inseguro; 13% seguro; y 6% muy seguro.
El 12 de septiembre, el alcalde Jaime Pumarejo Heins viajó a Bogotá e invitó al director nacional de la Policía, general Jorge Luis Vargas, a que se vinculara a una nueva estrategia, bautizada como ‘Operación Contigo Barranquilla’, la cual había sido socializada en otros organismos como la Fiscalía General de la Nación, incluso las Fuerzas Militares.
Con el sí de parte del alto oficial, quien ordena el traslado a Barranquilla de 140 agentes expertos en investigación criminal distribuidos en 16 zonas ‘calientes’ de la ciudad, el alcalde Pumarejo retornó optimista y autorizó la puesta en marcha de la estrategia trazada, cuyos ejes contemplan disminución de la tasa de homicidios violentos, erradicación de la extorsión, freno el microtráfico y el sicariato, decomiso de armas, el desmantelamiento de las bandas delictivas y judicialización de los responsables.
A las anteriores iniciativas se suma una política de estímulo a la denuncia, mediante el pago de recompensas y total reserva de identidad de quien o quienes suministren la información confiable.
Previamente, a la entrada de la operación, la Fiscalía había suministrado información a la Alcaldía en la que confirmaba la actuación delincuencial de 38 bandas en la región, destacando que hay lucha por dominio de territorio entre el Clan del Golfo (o Autodefensas Gaitanistas de Colombia) Los Costeños, Los Rastrojos, y otros grupos al margen de la ley, cuya pretensión es convertir a la ciudad en un centro del comercio de narcóticos a gran escala y al menudeo.
PRIMER BALANCE
Un primer corte de resultados de ‘Contigo Barranquilla’, hasta el pasado primero de octubre, daba cuenta de una reducción del 3 por ciento en homicidios violentos, 327 personas con antecedentes delictivos capturadas, incautación de 694 armas, decomiso de 22 kilogramos de droga, recuperación de 28 vehículos, entre carros y motocicletas.
También se destaca el haber abatido a un cabecilla de Los Rastrojos, Víctor Carlos Pérez De Alba, alias ‘la Máquina del Mal’, en el municipio de Soledad; así como la captura de otro del Clan del Golf, Ober Ricardo Martínez Gutiérrez, alias ‘El negro Ober’; y la neutralización operativa de delincuentes recluidos en cárceles de máxima seguridad que seguían impartiendo órdenes, sobre todo en materia de extorsiones, que de acuerdo con estimativos de fiscales investigadores les representan 2.000 millones de pesos al mes, como Héctor Díaz Collazos, Tommy Joel Zerpa Brito, alias ‘Tommy Masacre’, y Juan Manuel Borré Borreto.
Lo más reciente, dentro de la estrategia es la divulgación del ‘cartel de los más buscados’ en Barranquilla y el Atlántico, pero relacionado con mandos medios de las organizaciones criminales. Se ofrecen recompensas, entre los 2 y 5 millones de pesos, por información que conlleven a la captura de 24 de ellos.
NO BAJAR LA GUARDIA
A principios de octubre se produjo relevo de mando en la Policía Metropolitana de Barranquilla. Asumió el brigadier general Luis Carlos Hernández Aldana y lo primero que le pidió el alcalde Jaime Pumarejo fue: “Seguir combatiendo el crimen para no bajar la guardia y para involucrar a toda la ciudadanía en una cruzada para reducir el hurto, para individualizar a los bandidos y para decirles que en Barranquilla no tiene cabida quien quiere robarnos la tranquilidad”.
El alcalde le expresó todo su respaldo y lo invitó a trabajar para recuperar la tranquilidad entre la ciudadanía. “Seguiremos dando golpes, seguiremos trabajando por ustedes (los ciudadanos), le damos la bienvenida al general Hernández y le pedimos de parte de todos los barranquilleros que venga a darnos tranquilidad y buenas noticias”, afirmó.
En respuesta el oficial manifestó agradecimiento por “la oportunidad de comandar, de direccionar, un trabajo que lo vamos a hacer diferencial, en llave, entre los barranquilleros, por su ciudad. A seguir queriendo y a seguir amando a Barranquilla. Queremos un trabajo de articulación, que lo tenemos que hacer todos. Si sumamos todos, Barranquilla estará bien”.
ELEMENTO CENTRAL
Analistas del fenómeno de inseguridad en Barranquilla como el profesor investigador de la Universidad del Norte y actual director del Centro de Pensamiento UNCaribe, Luis Fernando Trejos Rosero, y el expersonero de Barranquilla, Arturo García, han sido reiterativos en señalar las causas y en las formas en que deben buscarse soluciones.
“El narcotráfico ha sido un elemento central de las dinámicas recientes de la violencia en Barranquilla (…). Si bien Barranquilla no ha sido el eje sobre el que gravita el narcotráfico colombiano ni la sede de un cartel poderoso, sí ha sido un espacio utilizado tradicionalmente por miembros de mafias de todo el país, por su privilegiada condición de puerto marítimo y desembocadura del río Magdalena”.
Precisamente, esta ubicación geográfica ha hecho de Barranquilla un punto estratégico para la exportación de droga y el ingreso de armas e insumos químicos. Esto, con un contexto social de alta tolerancia frente al contrabando y el lavado de activos provenientes del tráfico de drogas”, señala Trejos en una de sus investigaciones.
Por su parte, García sostiene que los grupos delincuenciales han visto en las barriadas de Barranquilla caldo de cultivo para establecer sus estructuras criminales a partir del reclutamiento o subcontratación de jóvenes en estado de ociosidad por la falta de oportunidades laborales.
Ambos analistas coinciden en que las autoridades distritales están urgidas de poner en marcha programas sociales integrales permanentes, a la par de políticas de seguridad efectivas.
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