Por SANTOS SUÁREZ BADILLO, director de EL NORTE y elnorte.com.co
No es de poca monta lo que está en juego con el proyecto de resolución planteado por la CREG a propósito de aplicar una serie de variaciones a las reglas que hoy rigen al denominado Cargo por Confiabilidad. El tema es de tan hondo calado que de aprobarse definitivamente, pondría en riesgo la permanencia de las plantas de generación térmica y la estabilidad del sistema eléctrico del país en general.
En diferentes escenarios las termoeléctricas se han expresado en contra de esta disposición que se encuentra en la fase de comentarios que culmina este miércoles 15 de diciembre, y han planteado lo altamente perjudicial que sería su aplicación.
El presidente de TEBSA, Luis Fernández Zaher, habló sobre el tema en una reunión con periodistas y subrayó que se trata de una iniciativa muy inconveniente que tendrá efectos adversos para el sector energético colombiano, con un importante impacto negativo para la economía.
Son tres las razones principales que tiene en cuenta el alto ejecutivo para considerar como altamente inconveniente este proyecto de resolución número 133 de 2021. Una de ellas es que comprometería la viabilidad de las plantas térmicas existentes, dado que la remuneración que reciben hoy por concepto del Cargo por Confiabilidad es fundamental para su subsistencia y operación, por cuanto representa para algunos térmicos hasta el 100% de su ingreso y para otro tipo de tecnología, menos del 50%.
Es la remuneración que se paga a un generador por la disponibilidad de sus plantas para garantizar el cumplimiento de la obligación de energía firme que se asignó en una subasta. Es también una especie de seguro constante que se da a los agentes generadores para que en todo momento estén disponibles y abastezcan de energía al Sistema Interconectado Nacional.
Lo segundo es que afectaría las intenciones de inversión para expandir el sistema eléctrico en un momento en que se requiere más capacidad de generación por el alto crecimiento de la demanda en nuestro país.
Y el tercer elemento es que se requiere el cumplimiento de los procedimientos adecuados de estudios para soportar documentalmente y con análisis regulatorio y económico, el impacto que en la práctica puede tener ese tipo de disposiciones.
MAYOR ANÁLISIS
A propósito de esto último, Luis Fernández es del criterio que esta disposición regulatoria requiere de mayor profundidad y análisis para entender cómo funciona y qué es lo que se quiere. “Una actividad regulatoria sana involucra un análisis de impacto económico y regulatorio y estas resoluciones no tienen estos documentos”, sostiene.
Y coloca como ejemplo para sustentar su apreciación, que el esquema de hoy de Cargo por Confiabilidad duró en discusión más de 2 años, para lo cual se tuvieron en cuenta documentos de estudio, borradores de resolución y un proceso de análisis, entendimiento, discusión y desarrollo de esa norma, previos a la emisión de la regulación definitiva.
Otra de sus consideraciones es que no es el momento para establecer esta clase de cambios en las reglas del juego, cuando la economía está creciendo a unos ritmos muy importantes del 13.2% y con un escenario de crecimiento de la demanda de energía eléctrica por encima del escenario máximo que proyecta la Unidad de Planeación Minero Energética. “Colombia lo que va a necesitar es más expansión en capacidad instalada”, remarca.
LA MODIFICACIÓN
En esencia lo que plantea la CREG es una subasta de asignación anual para plantas existentes, pero sin tener en consideración las características y atributos de las diferentes tecnologías de generación.
En el caso de las plantas térmicas sus bondades son la firmeza permanente con disponibilidad de plantas y combustibles. Por su parte, la disponilidad de las plantas hidráulicas está asociada al nivel de lluvias. “Entonces no podemos nosotros entrar a competir en igualdad de condiciones con unas tecnologías que no tienen los mismos atributos por la conformación de cada tipo de planta”, explicó el presidente de TEBSA.
Añade Fernández Zaher que una planta térmica necesita un contrato de transporte de gas en firme, y por ello tiene una estructura de costos distinta a una planta de generación hidráulica, cuya fuente, el agua, le llega del cielo.
“Entonces cómo somos competitivos en un esquema como ese, o una renovable no convencional que depende del sol o del viento; entonces no pueden ponernos a competir en igualdad de condiciones cuando tienen atributos distintos y el sistema las requiere a todas para evitar racionamientos”, plantea.
Y subraya en la importancia de las termoeléctricas, sobre todo cuando en escenarios de fuertes y prolongadas sequías, se requiere de su participación permanente y abundante para evitar racionamientos como los que hoy afectan a Chile, Texas, España, Alemania e Inglaterra. Allá se la jugaron con las energías eólica y solar y en momentos de crisis climatológicas colapsó el sistema y tuvieron que volver a prender las plantas que operar con carbón.
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