*Analistas señalan que impera la lucha territorial de bandas delincuenciales. El DNP advierte que la solución no es solo de carácter policivo.
Una preocupación persistente en autoridades político-administrativas, judiciales, policivas, militares y en las mismas comunidades de Barranquilla y Atlántico, es el impacto de la inseguridad evidente en núcleos urbanos y zonas rurales.
A pesar de los esfuerzos conjuntos, sobre todo los reconocidos a las autoridades para garantizar la seguridad, la percepción es que no merma y más bien la problemática tiende a agudizarse, como lo ha venido exponiendo de manera reiterada en pro de medidas más contundentes y efectivas, el expersonero de Barranquilla, Arturo García Medrano.
García se ha obsesionado tanto que cada primero de enero alista una serie de carpetas en donde va acumulando cada dato que revelan las autoridades oficiales, el Instituto Medicina Legal, los medios de comunicación y los reportados por las comunidades. Muy pocos lo refutan, porque saben que, en el fondo, él tiene mucha razón.
Su punto de vista va de la mano con el que advierten, en cada informe anual, el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte que coordina el investigador Janiel Melamed; así como los resultados de la encuesta de percepción que viene haciendo Barranquilla Cómo Vamos, bajo la dirección de Katherine Diartt Pombo. Ambos organismos evalúan lo concerniente al Área Metropolitana de la capital del Atlántico.
LAS CIFRAS
Las cifras comparativas del comportamiento de los homicidios, uno de los delitos de mayor impacto, sirve de ilustración. García señala que mientras en enero del año pasado hubo 42 casos, en el que hace poco terminó se registraron 52 casos, 28 de ellos en Barranquilla y 17 en Soledad, 16 de los cuales están asociados al accionar de sicarios.
Por su parte, el Observatorio de la Uninorte, cuyos investigadores preparan el reporte total de los años 2020 y 2021, en un primer ejercicio, titulado ‘Barranquilla ciudad de dos caras’, pero que solo cobijó los primeros seis meses de ambos periodos se señala que en el primero hubo 144 casos, frente a 171 en el segundo, o sea una variación porcentual del 19%, lo que se traduce en 27 hechos más.
LAS CAUSAS
“Una hipótesis sobre el aumento del homicidio se relaciona con dinámicas de disputas por el control de mercados y rentas ilegales entre actores criminales que compiten en el mismo territorio. En este sentido, el sicariato es una herramienta indispensable para la consolidación de poder de una organización delictiva en proceso de reordenamiento o expansión, especialmente en escenarios territoriales afectados por la pandemia”, destaca el análisis del Observatorio, que además señala que la mayor cuota de crímenes se da en los estratos bajos.
Y lo anterior es similar a lo que expresa el expersonero García. “Los alcances de las investigaciones que realizamos con el apoyo de las comunidades, nos muestra que esta situación no va a decaer, es una percepción permanente con algunos altibajos. Se suma la impunidad, al menos de los últimos 5 años”, señala.
“Yo pienso que en esto se va a requerir de un análisis más a fondo de toda esta problemática para tratar de llegar a las verdaderas causas de la lamentable situación que estamos padeciendo, no de ahora sino en los últimos años. Hay que intervenir porque la situación se mantiene, sin desconocer el esfuerzo de las autoridades”, agrega el analista.
LO QUE PIENSA LA GENTE
En cuanto a lo que piensa el ciudadano, la iniciativa ciudadana que evalúa y monitorea la calidad de vida urbana, a través del análisis de indicadores técnicos y de percepción, Barranquilla Cómo Vamos, en su reporte de octubre del 2021 se revela que, en la ciudad capital de Departamento, el 57% de los encuestados dijo sentirse inseguro; 26%, seguro; y 17% ni inseguro ni seguro.
Mientras que en el municipio de Soledad los indicadores arrojaron que el 49% señaló sentirse nada seguro; 15,5% inseguro; y 16,4% ni inseguro ni seguro; y en Puerto Colombia, un 30,5% manifestó estar nada seguro; 17% inseguro; y 19,1 ni inseguro ni seguro.
Un reporte de la Fiscalía General de la Nación asegura que, en el Atlántico, el 75 por ciento de la criminalidad se concentra en Barranquilla y el municipio de Soledad.
A raíz del fenómeno en Barranquilla, sobre todo el alarmante registro que hubo en el mes de agosto del 2021, de 63 homicidios, el alcalde Jaime Pumarejo urgió la ayuda del Gobierno Nacional, en especial del Consejo Superior de la Judicatura para aumentar el número de jueces, además propuso, en compañía de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, la toma de decisiones de ejecución inmediata contra la criminalidad.
El comandante de la Policía del Departamento, coronel Carlos Currea Barrera, a comienzos de enero al entregar el balance operativo del 2021, manifestó que la intención es redoblar esfuerzos en el presente.
“El departamento de Policía Atlántico, para el año 2022, buscará fortalecer la seguridad ciudadana, especialmente frente a los delitos de impacto como la extorsión, lesiones comunes y el abigeato. Así mismo, fortalecer la capacidad de inteligencia y policía judicial que permitan disminuir el homicidio, teniendo en cuenta las confrontaciones que vienen generando los grupos armados organizados. Fortalecer el modelo de vigilancia que permita tener mayor disponibilidad para atender los llamados de emergencia. Intervenir las zonas donde es común el delito asociado con economías y rentas criminales, asociadas al microtráfico”, destacó el oficial ante los medios de comunicación.
APUESTAS INTEGRALES
A manera de contribución en la estructuración de mecanismos que atenúen los problemas de inseguridad, el Departamento Nacional Planeación, DNP, cada año les envía a las autoridades departamentales, distritales y municipales, previo diagnóstico de los respectivos panoramas locales, recomendaciones y les reitera la disposición de las instancias nacional para apoyarlos.
“Además, el mejoramiento de la seguridad y la convivencia no se logra exclusivamente con estrategias de carácter policivas. Esto requiere de apuestas integrales que involucren a varios sectores. Las estrategias sociales, culturales, educativas, entre otras, se deben implementar de la mano con acciones para controlar el delito”, plantea el DNP.
Así mismo señala que la seguridad y la convivencia debe ser un compromiso de todos. Por ello, se debe fortalecer el respaldo comunitario a las estrategias implementadas por los gobiernos locales y nacionales y trabajar en la corresponsabilidad que tienen los ciudadanos en el mejoramiento de la seguridad y la convivencia.
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