octubre 3, 2024

Atlanticenses viven una campaña política permeada por escándalos

*De las elecciones para el Congreso y la Presidencia de la República hacen parte aspirantes acusados de compra de votos para llegar al poder. Incluso, hay ribetes de ‘novela rosa’ por amores furtivos.

De manera coloquial y jocosa un contertulio de los que cada mañana se citan a hablar, más que practicar algún ejercicio físico en el Parque Venezuela, norte de Barranquilla, disparó un espontáneo comentario que ha hecho carrera en los últimos debates electorales: “No sean tan ingenuos… ¡Campaña en la que no haya un escandalito es aburridísima, o no!”.

Aunque lo expresado es para reírse, no deja de ser una realidad que ha venido haciendo carrera en la Costa Caribe, pero sobre todo con una alta incidencia en Barranquilla y el Atlántico de donde son nativos los protagonistas de cuestionamientos que trascienden al plano nacional.

Haciendo un recorderis están en el ‘ojo del huracán’, debido a ‘salpicaduras’ hechas en testimonios que son motivo de investigaciones por parte de autoridades competentes, los candidatos al Senado Laureano Augusto Acuña Díaz y Efraín José Cepeda Sarabia, del Partido Conservador; José David Name Cardozo, de Partido de la U; Arturo Char Chaljub, de Cambio Radical; y el precandidato a la Presidencia de la República, Alejandro Char Chaljub.

Con excepción de Cepeda, los restantes han sido acusados por la excongresista y prófuga de la justicia, refugiada en Venezuela, Aida Merlano Rebolledo, de haber hecho parte de la compra de votos en debates pasados. Merlano, incluso, se refirió a un romance con el exalcalde y hoy precandidato presidencial Alejandro Char que le facilitó la obtención de un grueso aporte, estimado en 6000 millones de pesos, del exalcalde de Barranquilla para su campaña al senado.

Cada uno ha negado la injerencia en trueques y compra de votos. Acuña, por ejemplo, quien sostiene que su actuación en la vida política ha sido siempre transparente, califica de conversación “coloquial” un reciente audio revelado por el defensor de Aida Merlano, el abogado Miguel Ángel del Río, en el que se refiere a la necesidad de asegurar 70.000 mil votos.

Del Río en declaraciones a medios nacionales asegura que Laureano Acuña es el heredero del sistema compra-votos, a través de la figura del ‘mochilero’ endilgada al Clan de Los Gerlein, pues allí se inició en el proselitismo, desde los 14 años, en barriadas del sur de Barranquilla. Ante ello, Acuña anunció demanda penal por injuria y calumnia.

Laureano Acuña

CHAR, CEPEDA, PULGAR

En cuanto a las acusaciones contra los hermanos Char, miembros de una de las 53 familias de Colombia, según la Fundación Paz, que hacen parte del poder político-económico del país, Alejandro solo reconoció haber sostenido el romance con Aida Merlano, lo que calificó de un “error” de su parte por las implicaciones que tuvo en su familia; y en cuanto al aporte financiero a la campaña, lo señaló de “absurdo” teniendo en cuenta que para la época él era alcalde de la ciudad y además no iba a financiar una campaña de alguien contrario a su militancia política.
En el caso del aspirante Efraín Cepeda este se relaciona con el supuesto apoyo que les prestaría a 500 ganaderos de la región de Betulia y municipios vecinos, en el departamento de Sucre, en un proyecto de repoblamiento bovino que demanda de 9.000 millones de pesos. La ‘salpicadura’ está en un audio atribuido al dirigente de la citada región y exalcalde Manuel Vicente Hoyos Pérez. “Falso de toda falsedad, jamás he utilizado esas prácticas; es muy enojoso que se use mi nombre de esa manera”, le respondió Cepeda a medios nacionales que le preguntaron sobre el tema.

Eduardo Pulgar

Mientras sigue siendo insumo de tertulia lo anterior, en corrillos políticos le agregan lo del poder de decisión que ejerce desde su sitio de reclusión, en el Batallón Vergara y Velasco, municipio de Malambo, el excongresista del partido de la U, Eduardo Pulgar Daza, condenado por la Corte Suprema a 4 años y 10 meses por los delitos de tráfico de influencia y de cohecho, para no perder la curul en el Senado.

Pulgar intentó imponer, para la actual contienda política, a su actual esposa, Any Ucrós, hermana del alcalde del municipio de Soledad, Rodolfo Ucrós, como ya lo había hecho cuando logró que fuera elegida en el Congreso de la República, mientras él estaba suspendido por un hecho de corrupción, a Karime Mota Morad con quien estuvo casado. Sin embargo, en esta ocasión logró ser convencido de que no se veía bien esa acción y decidió entonces que fuera su cuñada, Claudia Pérez, la cabeza de lista, pero a nombre del Partido Liberal.

A los mencionados casos se le suma el del ex senador liberal Álvaro Ahston, quien admitió ante la JEP haber sobornado a magistrados de la Corte Suprema de Justicia para el engabetamiento de un proceso en su contra por parapolítica.

También el del empresario Julio Gerlein, acusado de financiar con $12 mil millones la campaña de Aida Merlano para comprar votos.

LA COMPRA DEL PODER

Ante este tipo de escándalos que oscurecen el proceso electoral en el Atlántico y Barranquilla, EL NORTE recogió conceptos de analistas políticos de la región, finalizando con un contundente llamado de la Conferencia Episcopal de Colombia a los electores por el bienestar del país.

Para el ya retirado de la actividad política, el abogado Porfirio Castillo Zamora, la compra de votos como tal, es la expresión más degradada del clientelismo. “Digamos que existe un clientelismo asistencial, a la gente la ayudan a conseguir un empleo, a hacer parte de un programa de vivienda o mejoramiento; luego, como toda forma de ejercicio político que no se hace de manera correcta, tiende a degradarse y pasamos a una compra de votos descarado, y desde ese punto de vista llegamos a la compra del poder y al llegar a ese poder también llegamos a la necesidad de recuperar inversión que se había hecho”.

Castillo agrega que, en términos generales, eso significa que la democracia colombiana siguen siendo vigente signos graves de degradación como la plutocracia, el nepotismo y la exclusión. “Es una democracia frágil casi fallida, con una institucionalidad permeada por la corrupción”.

Julio Gerlein

Romper con todas esas fallas requiere de una verdadera transformación cultural política, en la que el ciudadano asuma una responsabilidad real frente al voto que no ha ejercido de manera libre y legitima, sino que la ha vendido al igual que sus derechos.

EL PAPEL DE LOS MEDIOS

El analista destaca que, dentro de ese proceso de transformación, los medios de comunicación deben dejar de lado el cuestionado papel que han venido cumpliendo por dejarse permear del perverso sistema de pautas contratadas y que los obliga a sólo divulgar lo que le conviene al pautante. Se debe retomar el periodismo que concurre con las exigencias de la comunidad y el periodista objetivo y responsable, al igual que el Estado.

“Desde ese punto de vista, sin ninguna duda en la Costa Caribe y especialmente en el Atlántico, la narrativa de los medios de comunicación ha ido construyendo un ideario de ciudad que se alejó de lo que hemos sido en mucho y que se muestra en el oropel. Me explico, no éramos la Barraquilla del malecón, pero éramos la Barranquilla tranquila; no éramos la Barranquilla excelente, pero no estábamos en el primer lugar de sintonía por corrupción; no éramos la Barranquilla sin clientelismo, pero era una ciudad que sabía ofertar unos servicios”.

“Hoy tienes a una Barranquilla que se muestra vistosa en unas partes, pero que también ha construidos grandes escenarios de exclusión a pesar del pavimento de mi barrio, del concreto, no han logrado darle convivencia, tranquilidad, y seguridad en todos los sentidos, en términos físicos y alimentaria. En Barranquilla ha habido un escandaloso silencio alrededor de los graves problemas de corrupción que padecemos en la ciudad y el departamento del Atlántico”, asegura Castillo Zamora.

ESCÁNDALOS DE CORRUPCIÓN

Por su parte, Mario Leonardo Chacón Barrero, analista político de la Universidad del Norte, dice que “los escándalos de corrupción, seguramente, no ayudan en la percepción de los votantes sobre la calidad de sus representantes; esto también debe ayudar a candidatos, los cuales han adoptado la bandera anticorrupción, y no ayuda a los candidatos del ‘establishment’ como los de la coalición de derecha”.

Sobre una manera de erradicar la corrupción, Chacón respondió de forma directa: “¡Ojalá supiera la respuesta!”.
Finalmente, en una especie de manifiesto dirigido a los sufragantes y al Estado que organiza las elecciones, la Conferencia Episcopal de Colombia sentó su posición.

“Los obispos católicos de Colombia, preocupados por nuestra Nación e iluminados por la palabra del Señor, invitamos a todos los ciudadanos a considerar atentamente la trayectoria y propuestas de campaña de los candidatos que aspiran al Congreso y a la Presidencia de la República con el fin de identificar líderes honestos y competentes capaces de promover el bienestar de todos los colombianos”.

Agrega el organismo católico que el ciudadano debe hacerse sentir con toda claridad y exponerles sus necesidades a los candidatos, de modo que sus programas legislativos o de gobierno respondan a lo concreto en cada uno de los territorios y al interés nacional.

Y concluye la Conferencia en que se debe “participar activamente con el voto libre y responsable, fruto de una decisión informada y tomada en conciencia. A favorecer el espíritu democrático y reclamar del Gobierno las garantías para prevenir todo tipo delito electoral”.

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