*Tarifa anualizada de energía en la ciudad ha subido 20% y la del agua 18,77%.
Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, Dane, reveló que la inflación anual en el país con corte a enero de 2022 fue de 6,94%. Menos del 30% de esa cifra está explicada en orden de prioridades por el corrientazo, la carne y la electricidad.
El fenómeno de la electricidad está presente en el resto del país pero en tercer lugar. No obstante, cuando se quiere explicar la inflación de 8,8% anual que registró Barranquilla, se empieza por la energía eléctrica.
El director del Dane, Juan Daniel Oviedo, precisó que “Casi un punto de ese 8,8% lo pone la electricidad. En segundo lugar está la carne de res y en tercer lugar el corrientazo”.
Asegura que cuando los ciudadanos ven una electricidad con una inflación superior del 20% anual y unos precios de los alimentos también creciendo, se enfrentan a una posición de o pago el mercado o pago la factura de electricidad.
Después de la comida por fuera de casa, el llamado corrientazo, los otros dos rubros que pesan más son el pollo y el acueducto. La inflación del servicio de acueducto en Barranquilla llega a ser anualmente con corte de enero de 2022 del 18,77%.
Explica Oviedo que esos dos servicios, básicos para poder tener una buena convivencia, creciendo a tasas superiores del 15% genera un estrés financiero muy importante para los hogares, que para no dejar que les corten el agua o la electricidad están decidiendo disminuir la ingesta de alimentos. “Es un elemento que es intuitivo y que tiene unas causas objetivas y que vale la pena hacerlas visibles para poder construir soluciones y mejorar el bienestar de los habitantes” sostuvo el director del Dane.
De acuerdo con la entidad, en el caso de los alimentos, lo que se espera es que para mayo o junio ese componente se empiece a corregir, lo que no pasará con la energía. “Lo que sucede es que en el caso de las ciudades del Caribe la recomposición de las tarifas de servicios públicos sobre todo de electricidad era una deuda histórica, pero hay que pensar también en cómo ese ajuste de ese problema puede generar unas consecuencias sociales que podían ser mitigadas por algunas medidas específicas que diseñen tanto las autoridades locales como los entes gubernamentales”, mencionó Oviedo.
MÁS POBRES
El director del Dane sostuvo que la pandemia aumentó las necesidades básicas insatisfechas en Barranquilla y Soledad, al igual que en el resto del país. Si antes, el 85% de hogares en la capital del Atlántico y Soledad consumían 3 comidas o más, ahora se está encontrando solamente a una tercera parte de los hogares con esa posibilidad, de acuerdo con la Encuesta Pulso Social del último trimestre del año 2021.
A Barranquilla le golpean tanto las consecuencias de la pandemia, porque el sistema de transferencias institucionales para ayudar a las personas que están enfrentando este retroceso no está tan presente como en otras ciudades. Por ejemplo, en Cúcuta casi una cuarta parte de los hogares en el Pulso Social dijo que estaba recibiendo ayudas, en caso de Barranquilla sólo un 9% de hogares reporta estar obteniendo ayuda institucional.
“Eso lleva a que ese tejido o ese colchón para amortiguar el golpe económico que están viendo los hogares sea más complejo de visibilizar es una ciudad como Barranquilla que se puede aterrizar con el siguiente ejemplo: mientras que a las personas más pobres del país sus ingresos se le redujeron una cuarta parte, esa cuarta parte hubiera sido casi el 37% si no hubiera habido ayudas institucionales como las que definido el Gobierno Nacional y local. Pero en Barranquilla la pérdida de ingreso de las personas más pobres no fue de una cuarta parte, fue casi del 45% y el colchón de las ayudas institucionales solo amortiguo el 6% de esa caída, es decir no se evidenció una focalización de las estrategias de protección social para poder impedir que muchas personas cayeran a la situación de pobreza extrema”, manifestó el director del Dane.
FOCALIZAR NUEVOS POBRES
Ante esto, afirma que se requiere que se reconozca la necesidad de desarrollar herramientas mucho más focalizadas para identificar a esos nuevos pobres. De acuerdo con el Dane, Barranquilla pasó de tener 69.000 personas en pobreza extrema a 246.000 en esta situación por la pandemia.
“Debe ser posible ver dónde están esos nuevos pobres y tratar de buscar unas ayudas específicas, bien sea en alianza con el gobierno nacional o con entidades del sector privado, para esos hogares de tal forma que Barranquilla recupere esos niveles de bienestar y prosperidad que prevalecían antes de la pandemia”, anotó el ejecutivo,
Recordó que el Dane le ha presentado a las autoridades cuáles son los mapas de segregación espacial de la pobreza y las zonas de concentración de personas desempleadas. El objetivo es que los mandatarios usen esas herramientas para buscar soluciones a los problemas de sus habitantes.
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