*Francisco Lloreda hace su defensa de lo que considera el motor de la economía de muchos países. Sin embargo, reconoce que debe conectarse con la sostenibilidad ambiental.
“Un planeta sostenible necesita de una industria del petróleo y gas sostenible. Y una industria del petróleo y gas sostenible necesita de un planeta sostenible. Se necesitan mutuamente y por eso estamos aquí, en el Primer Foro hecho sobre sostenibilidad”.
De esta manera, Francisco José Lloreda Mera, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, ACP, empezó una férrea defensa de la importancia de la industria de hidrocarburos, cuya base son esas dos fuentes, petróleo y gas.
Insistió en que una transición, diversificación, complemento energético, cualquiera que sea el concepto o el nombre que se le quiera dar, necesita de un mundo funcionando, generando, transportando, consumiendo energía e hidrocarburos, de lo contrario no será posible desarrollar las renovables o esas correrán el riesgo de ser reversadas.
“Un ejemplo es Europa. Europa se flagela por su independencia energética de Rusia. Está cosechando lo que sembró con buena intención o con ingenuidad. El mundo seguirá necesitando el petróleo y el gas en mayor o menor proporción. Igual Colombia, sin petróleo y gas no es posible ni realista una transición, una cosa es diversificar más la matriz eléctrica, impulsar una movilidad hibrida y otra creer que si se destruye a la industria del petróleo y gas el país salvará al planeta de la debacle climática. Error”, expresó el directivo.
Agregó que si se continua con esa lógica, la de minimizar o acabar la industria petrolera y gasífera, “se destruye al país, se acentúa la pobreza y se deteriora el medio ambiente. La pérdida de autosuficiencia a pocos años vista golpearía en especial a los más pobres y a la clase media. Conducir al país a depender en materia energética de otros sin necesidad, porque tenemos petróleo y tenemos gas, más que un error es una profunda estupidez”, sostuvo Lloreda.
Planteó, en consecuencia, que la sostenibilidad del planeta, en sentido amplio, en el marco de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, ODS, requieren de una industria del petróleo y gas sólida y por varias décadas.
RESPONSABILIDAD Y REALISMO
De otro lado, Lloreda se refirió a la responsabilidad y realismo en materia de transición energética manifestando que es otra de las lecciones de la reactivación económica acelerada que se ha tenido en el último año y medio y de la crisis energética causada por la guerra en Ucrania. “Una enseñanza que Colombia pareciera no haber asimilado; ojalá no sea necesario estrellarse contra el mundo para entender y evitarlo”, dijo en tono de recriminación.
“No hay que transitar caminos fracasados para aprender a valorar lo que se tiene, pero una industria de petróleo y gas sostenible requiere de un planeta sostenible, comprometido con los ODS; es decir, comprometidos con una gestión inteligente del cambio climático, de lo contrario la animadversión crecerá. Se le seguirá endilgando a la industria la culpa de un calentamiento causado por distintos factores, generándose una dinámica perversa de debilitamiento y una industria crucial para contrarrestar las anomalías en las temperaturas”, indicó.
Destacó la importancia de ir más allá de cumplir con la reducción de gases de efecto invernadero y la carboneutralidad en las operaciones, sin que ello suene a excusa para negar el aporte de los combustibles fósiles a la situación ambiental, aunque no es descartable que la ascendente temperatura del planeta sea algo cíclico y la lucha tendría que ser unida, no de una sola nación.
“Colombia sola, ni esta industria sola no lograran detener el calentamiento. El país aporta el 0.04% de los gases de efecto invernadero, atribuibles al ser humano y digo atribuibles al ser humano porque de la totalidad de los gases de efecto invernadero los causado por el ser humano son el 8% y de ese 0.04% el sector contribuye con el 6% y la movilidad con el 12%”, puntualizó el Presidente Ejecutivo de la ACP.
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