*Hay que avanzar hacia la carbono neutralidad y no acabar las fuentes que emiten CO2. Colombia sólo emite el 0.3% de los gases de efecto invernadero en el mundo.
Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director EL NORTE y elnorte.com.co
Acabar con las fuentes que emiten el Dióxido de Carbono para superar los problemas ambientales, no es la solución, el camino a transitar tiene que ser el de carbono neutralidad, que se alcanza cuando se emite la misma cantidad de CO2 a la atmósfera de la que se retira.
En esa dirección se está avanzando por el conjunto del sector energético de Colombia, que defiende y trabaja en la implementación de acciones que mitiguen el impacto ambiental que provoca su operación.
“A todos nos importa el medio ambiente, pero la política que se busca no es de acabar con las fuentes de emisión de CO2…no es anular una para reemplazar la otra, porque eso es imposible”, enfatiza el presidente de TEBSA, Luis Fernández Zaher.
En el sector eléctrico los sistemas requieren no sólo de la generación renovable no convencional, sino también de la térmica convencional firme, para que las energías eólica y solar puedan entrar a complementar la matriz.
Lo anterior en razón a la intermitencia inherente que tiene ese tipo de generación, porque el sol solo brilla entre las 8 de la mañana y 4 de la tarde, a lo que se suman las nubes que lo tapan o la lluvia; y el viento no sopla 24 horas al día ni 365 días al año.
“Estos sistemas tienen que ser complementarios. Sí a la generación renovable no convencional, pero como complemento a nuestra matriz; no puede ser el reemplazo de las tecnologías que le dan firmeza al sistema. Deben ser complementadas, balanceadas y debe existir suficiente cantidad de cada una de esta clase de fuente para que el sistema opere de manera balanceada, eficiente y a buenos precios”, plantea el CEO de Termocandelaria Power Limited.
SISTEMA EQUILIBRADO
A juicio de Fernández, el sistema eléctrico del país tiene que ser equilibrado, porque de lo contrario va a estar sujeto a unas volatilidades que no son eficientes y resultarían perjudiciales.
La idea es que cuando hay abundancia de un recurso o fuente de generación, el precio va a ser cero, entonces no habrá inversión, no crecerá el sistema; y cuando existe escasez, los precios no van a tener techo, serán infinitos.
“Y la sumatoria de esas situaciones es mucho más costosa para el consumidor, para la economía, que tener una matriz balanceada de recursos que permita atenderse en cualquiera de los dos extremos”, explica Luis Fernández.
Pero hay otra consecuencia peor y es que cuando se dé la situación crítica, por ejemplo de ausencia de suficiente agua para generar por un fenómeno de El Niño, no habrá energía suficiente y se registrará un racionamiento como el ocurrido entre 1.991 y 1.992 y como estuvo a punto de darse en Europa por la variabilidad climatológica que afectó los recursos renovables no convencionales.
“Aquí hay que buscar un equilibrio, una confiabilidad y una seguridad en el suministro de energía, que a todas luces es mucho más económico, mucho más eficiente que estar al vaivén de los fenómenos climatológicos”, le dijo el presidente de TEBSA a EL NORTE y elnorte.com.co.
Esa diversificación también se da en el tema del gas, porque las térmicas como TEBSA no dependen completamente del combustible que se importa gracias al acceso internacional de GNL, sino que accede a la producción del energético en Colombia. La premisa es que tener disponibles más de una fuente, es clave para el suministro.
Por eso hizo un llamado a incentivar el desarrollo de nuevas fuentes de producción de gas, porque en la medida en que se tenga un recurso energético abundante, el precio de este va a ser más competitivo y el sector estará protegido ante los riesgos del mercado internacional que se puedan presentar.
MATRIZ LIMPIA
Otro de los temas en que subraya el presidente de TEBSA, es que Colombia tiene una de las matrices de generación de energía más limpias del mundo, es la sexta, porque el 70% de la generación es hidráulica.
Además, en el contexto internacional de emisiones Colombia no tiene un peso relativo ni real importante. El país aporta el 0,3 por ciento de las emisiones efecto invernadero del mundo. “El peso relativo nuestro es cero”, dice Fernández.
Significa que prácticamente es nada comparado con las emisiones de China o Estados Unidos o con los países europeos. Además, el sector eléctrico representa menos del 5% de las emisiones de CO2 del país.
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