Fedesarrollo lanzó hoy sus propuestas sobre cómo mejorar la educación en el país, teniendo en cuenta que a pesar de los avances importantes especialmente en educación básica, aún persisten retos significativos tanto en educación inicial, donde la cobertura promedio es de 58%, como en educación media, donde hay un déficit de oferta en las zonas rurales y la cobertura es de apenas 45% (el valor más bajo en países latinoamericanos, 46 puntos por debajo del promedio de la Ocde).
Precisa el gremio que en calidad, Colombia no cuenta con un currículo oficial que sirva de guía para los establecimientos educativos oficiales, presente en la gran mayoría de países con sistemas educativos exitosos. La ausencia de este marco de referencia genera mayor heterogeneidad en la calidad a nivel territorial y deja a discrecionalidad de cada establecimiento los contenidos básicos que se espera aprenda el estudiante. De los 100 mejores colegios, 97 son privados, lo que muestra una gran diferencia en calidad entre ambos tipos de oferta educativa.
Las propuestas lanzadas por el centro de pensamiento son:
1. Plantear una hoja de ruta para avanzar hacia la universalización de la educación inicial, con el fin de garantizar acceso a dos millones de niños de 3 a 5 años (hacen falta unos 850.000 cupos), para lo que se necesitaría entre $1,7 y $2,7 billones de pesos.
2. Reducir la deserción, generando mecanismos de búsqueda activa de niños que se encuentren por fuera del sistema educativo de básica y media a través de un esquema de monitoreo a la deserción interanual, inexistente en Colombia. Esto, a través del establecimiento de un sistema preventivo, basado en inteligencia artificial, para el seguimiento y monitoreo georreferenciado a los estudiantes que presenten un alto riesgo de abandonar sus estudios.
3. Rediseñar el modelo financiero del Icetex, migrando hacia la financiación contingente al ingreso y focalizándolo en programas que presenten una tasa interna de retorno positiva. El acceso a la educación superior no debe evaluarse desde una perspectiva financiera, sino como un servicio social a ser garantizado por el Estado.
4. Construir un currículo focalizado en competencias transversales que sirva como referencia de las habilidades que se espera adquieran los estudiantes colombianos durante su aprendizaje. Este currículo se debe construir con la comunidad educativa y debe reconocer las diferencias regionales.
5. Construir un sistema de formación continua de docentes atado al sistema de evaluación, que tenga énfasis en el componente práctico y en competencias específicas.
6. Recuperar el énfasis en la evaluación, un instrumento esencial para la planificación educativa. Volver a la implementación de las pruebas SABER 3, 5 y 9 de manera censal, y aprovechar la evaluación a través de esquemas de medición e incentivos como lo fue el Día E.
7. Definir un modelo educativo específico que capture las características diferenciales de territorios rurales, como lo son los desarrollos nacionales de Escuela Nueva y el Sistema de Aprendizaje Tutorial.
8. Adoptar e implementar de manera estandarizada un Marco Nacional de Cualificaciones, con el fin de potenciar la formación técnica y tecnológica a través de la organización de las competencias, lo que permitiría generar un sistema integrado de trayectorias educativas y el reconocimiento estandarizado de saberes y competencias adquiridas por dentro y fuera del sistema.
“Estas recomendaciones pretenden avanzar hacia un sistema educativo que en vez de replicar la desigualdad permita reducirla, al igualar las oportunidades de acceso a educación de calidad para los niños y jóvenes de nuestro país”, concluyó Luis Fernando Mejía.
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