Analistas de la región dicen que es propicio para contribuir con la construcción de políticas que sean más equitativas para las regiones. Sin embargo, advierten que debe ser algo bien organizado para que no termine en un evento populista.
Un primer llamado de Gustavo Petro Urrego, luego de conocer su triunfo como el nuevo presidente de los colombianos para el periodo 2022-2026, es a participar en lo que denominó ‘Gran Acuerdo Nacional’, estrategia que pretende, a partir de diálogos regionales con todos los sectores socioeconómicos, convertirse en insumo para estructurar las futuras políticas públicas de la administración del país.
No había concluido su primer discurso como Presidente de la República, la noche del domingo 19 de junio, cuando en las regiones comenzó a cuajarse una expectativa en torno a la propuesta. Por ello, El Norte consultó a analistas de la realidad social y económica de la región sobre el alcance que podría tener esa invitación.
Para la psicóloga y magister en Filosofía, Lucero Martínez Kasab, es el punto de partida de Petro para ratificar que “su gobierno estará centrado principalmente en mejorar la calidad de vida de las clases sociales menos favorecidas que, en estos momentos, están sufriendo aún más la agudización de sus penurias por el encarecimiento general en el costo de la vida”.
Agrega que en el acuerdo tienen cupo “la oposición, los diferentes gremios económicos, los grupos silenciosos como los campesinos, los indígenas, afros, los artistas, etc., en general toda la población con un gran deseo de concordia entre los colombianos a través de tres grandes frentes: la consolidación de la paz, la justicia social y la justicia ambiental”.
Martínez sostiene que la propuesta es el resultado de la combinación de la trayectoria política de Petro, su formación académica como economista con su especialización en medio ambiente y desarrollo poblacional, lo que le ha permitido hacer un diagnóstico sobre la situación del país desde varios puntos de vista y, determinar que, con base en los tres frentes enunciados, los demás se pueden dinamizar para sacar adelante el país hacia un mejor futuro.
“Su paso, durante su juventud, por un grupo rebelde al gobierno le hizo vivir los rigores de la clandestinidad incluyendo la tortura y, a constatar el daño que las luchas armadas le hacen a un país, una de las razones, tal vez, junto con su vida como congresista, para defender de manera tan convencida la paz entre los grupos insurgentes y el gobierno. Y, economista como es, sabe sin ninguna duda, que la estabilidad política de un país es requisito indispensable para su desarrollo económico; por eso la implementación debida del proceso de paz -alterado por Iván Duque- es su primera preocupación”, señaló Lucero Martínez.
ESPACIO EN LAS REGIONES
Por su parte, el analista e historiador Moisés Pineda Salazar indicó que, ante el planteamiento de abrir espacios para diálogos regionales, quienes primero han debido reaccionar, decir algo, son los gobernadores de departamentos como Atlántico y Bolívar, e igualmente los alcaldes de sus ciudades capitales, Barranquilla y Cartagena, como ejes del desarrollo de la Costa Caribe. “Ya el debate electoral pasó; ahora lo que sigue es un trabajo en el que debe haber participación y unión de todos”, comentó.
Manifestó, además, que de parte de los voceros del presidente Petro debe haber reglas y mecanismos claros sobre cómo se llevaría a cabo el intercambio de conceptos para que no se termine “metiendo a todo el mundo en un escenario a discutir cosas y se termine en un simple espectáculo populista”.
Pineda precisó que, desde su punto de vista, es válido abrir el espacio democrático en las regiones que. sin duda, son las más golpeadas por fenómenos como la violencia, el desempleo y la pobreza, pero insistió en que debe ser una cuestión bien organizada.
DESCENTRALIZACIÓN
Sobre la propuesta, también expuso su parecer el gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa como presidente del consejo directivo de la Federación Nacional de Departamentos (FND), indicando su acogida porque representa llevar a cabo un trabajo unido por el país cuya esencia son las regiones.
“Para el nuevo mandatario, nuestra primera solicitud formal es la de afianzar la descentralización brindando herramientas que nos permitan balancear las finanzas territoriales en beneficio de las urgentes necesidades insatisfechas de todas nuestras regiones, manifestó Espinosa.
Espinosa indicó que se viene una transición que no debe tener más complejidades que las inherentes a un cambio de Gobierno, valorar lo construido, y defender lo que se ha conquistado como nación y potenciar las oportunidades que las nuevas realidades políticas demandan.
Concluyó en que “resolver los problemas estructurales de Colombia requiere trabajo en equipo, en democracia y dentro del Estado de derecho, y que ahí estará brindando su apoyo”.
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