Aunque es probable que la reforma tributaria pueda ser diluida en el Congreso, los analistas Daniel Velandia y Camilo Durán, de CredicorpCapital, precisan que se espera que el core de las propuestas sean aprobadas (con algunas modificaciones) ya que varias de ellas van en la misma dirección de aquellas incorporadas en el proyecto de ley que el gobierno Duque presentó hace un año y que tuvo que ser retirado por el descontento social.
“Teniendo en cuenta que el presidente Petro ha logrado gobernabilidad en el Congreso, esperamos que la mayoría de los partidos políticos apoyen el núcleo de la reforma”, indican los analistas.
Añaden que en cualquier caso, la reforma propuesta conlleva riesgos, ya que pretende aumentar el recaudo en más del doble de lo logrado en promedio por las reformas implementadas durante los últimos 30 años (~1% del PIB según las estimaciones de esta firma). Así, además de la posibilidad de que el proyecto se diluya en el Congreso, el riesgo es que la reforma termine teniendo un efecto no despreciable sobre la actividad económica como se observó en otros países de la región tras la aprobación de ambiciosas reformas (por ejemplo, Chile en 2014).
De hecho, se espera un impacto sobre el consumo privado total y la inversión debido al aumento de las tasas impositivas efectivas de los individuos de altos ingresos y de algunos sectores productivos, aunque esto sería parcialmente compensado por el mayor gasto público y el mayor consumo de los segmentos de la población que serán beneficiados por los programas de redistribución de ingresos.
Señalan además que los impuestos ambientales y de salud tendrán un efecto puntual sobre la inflación, que se suma a las actuales presiones sobre los precios al consumo interno. Además, el aumento en los impuestos a los dividendos y ganancias de capital probablemente afectarán al mercado de capitales.
“En el frente fiscal, creemos que la presentación de la reforma es una señal positiva considerando la reafirmación del compromiso con la regla fiscal. Dicho esto, será crítico conocer la trayectoria futura del gasto una vez se requiere que los ingresos adicionales provenientes de la reforma tributaria permitan tanto un aumento del gasto social como la consolidación de las finanzas públicas en el tiempo, evitando así un deterioro fiscal adicional”, afirma el análisis.
Hay que señalar que el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo afirmó que el gobierno y él mismo están comprometidos con la regla fiscal, aunque el ritmo para alcanzar las metas vigentes puede ser objeto de discusión. “Esto está en línea con nuestra opinión de que la meta de déficit fiscal establecida en el último Marco Fiscal de Mediano Plazo para 2023 (3.5% del PIB) será difícil de cumplir, por lo que mantenemos nuestra estimación de 4.2% del PIB”, puntualizan los analistas.
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