*Invías, pese a tener en sus manos un estudio contratado para ver si es demolido total o parcialmente, guarda hermetismo.
Han pasado cerca de tres años desde el corte de cinta que les dio vía libre a los conductores para la conexión terrestre Barranquilla-Santa Marta por el nuevo Puente Pumarejo sobre el Río Magdalena, 45 metros más arriba del que les ofrecía la vieja estructura pero que, por efectos, de la modernidad se decidió cambiar.
Hoy el futuro de la vieja mole de concreto, que prestó servicios entre 1974 y el 2019 bajo el nombre oficial de Laureano Gómez, pero de denominación popular y prevalente, Puente Pumarejo, en honor al dirigente político Alberto, considerado su real gestor, sigue siendo incierto.
Apenas se cortó la cinta del nuevo empezó el debate de lo que iba a pasar con el viejo y este aún no para y se revive por ciclos. Lo cierto es que aún no se ve una solución viable e inmediata, pese al análisis de alternativas.
La entonces ministra de Transporte, Angela María Orozco, en una visita del 13 de enero del 2019 a Barranquilla, fue tajante en advertir que no había un solo peso en las arcas de Invías, entidad ‘dueña’ de la estructura de cemento, para proceder a su demolición total.
Sin embargo, la funcionaria dejó la inquietud de solo proceder a desmontarle el punto más alto y así no obstaculizar la intención de que remonten embarcaciones más grandes por el cauce del río; mientras que los tramos opuestos dejarlos como testimonios históricos y desarrollar en ellos un atractivo turístico. ¿Quién asumiría esa segunda alternativa? De la Ministra no salió respuesta concreta, sino que invitó la dirigencia de Atlántico y Magdalena a buscar una salomónica solución.
“La idea es mirar si en los dos extremos del puente se pueden construir unos proyectos que sean culturales y turísticos… La idea es recordar eso como un patrimonio histórico y retomarlo como algo que se complemente con un tema cultural también”, argumentó Orozco en su momento.
Desde entonces, poco es lo que se conoce acerca de la suerte del viejo Puente Pumarejo. Entre tanto, recicladores de hierro y otros elementos que puedan desprender con el golpe constante de cinceles y martillos se dan gusto, pues su fin es ganarse unos cuantos pesos con la venta a las chatarrerías cercanas de lo que obtienen.
HAY UN ESTUDIO
El pasado mes de junio, la sociedad de economía mixta Puerta de Oro Empresa de Desarrollo Caribe S.A.S. le presentó a Invías el resultado de un estudio contratado en marzo del 2021 que, prácticamente, contempla la alternativa que en su momento expuso la ministra Angela María Orozco. La interventoría se contrató con la Universidad Nacional.
Efraín Cepeda Tarud, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, al respecto manifestó, previo conocimiento de aspectos generales del estudio del Puerto Oro, que le corresponde ahora a Invías evaluar y proceder a la socialización.
“Es importante que Invías socialice ese estudio y deberíamos conocer si, efectivamente, es viable lo que se plantea, como es la demolición parcial del puente y el reforzamiento estructural de los tramos que queden en pie. También es clave conocer el método de demolición que se va a implementar, pues sería la primera obra de ese estilo en el país”, indicó Cepeda Tarud.
Agregó que uno de los aspectos críticos que se deben tener en cuenta es que no vaya a afectar la navegabilidad del río, ni del canal de acceso al Puerto de Barraquilla, por efectos de los escombros. “Entiendo que también se está planteando la reutilización de los escombros en otros fines”, dijo el dirigente gremial.
Con respecto a los tramos que quedarían en pie, Cepeda manifestó que se estaría viendo la alternativa de aprovecharlos para el turismo en el sector, a cargo de una alianza público-privada, que además se encargue del respectivo mantenimiento.
En registros de prensa relacionados con el tema, se señala que Invías calcula que los trabajos de demolición parcial requerían de una inversión de 80.000 millones de pesos. En el 2018, en la antesala a la entrada en servicio del nuevo Puente Pumarejo, la proyección en esa misma inversión era estimada en 60.000 millones de pesos.
Con el cambio de Gobierno Nacional el asunto tiende a dilatarse aún más; mientras, muchos de los conductores que usan con cierta frecuencia el moderno Pumarejo siguen esperando la respuesta a su interrogante… ¿Y qué va a pasar con el viejo puente?
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