Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director de EL NORTE
Se van a cumplir los primeros dos meses de gobierno del presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, quien está intentando avanzar rápidamente hacia el cumplimiento de sus promesas de campaña.
Es entendible esa velocidad si se tiene en cuenta que el tiempo pasa muy rápido y que por ello se requiere aprovechar al máximo las 24 horas de cada día para sacar adelante las reformas, proyectos y programas que mejoren los escenarios de un país con tantos problemas y tan complejo como el nuestro.
En pocas semanas el primer mandatario ha dado pasos aplaudidos por algunos y cuestionados por otros. Uno de ellos es buscar el consenso de una reforma tributaria con la que busca recaudar $25 billones para financiar los programas sociales a los que se comprometió como candidato.
Presentó el proyecto de reforma política, que hace trámite en el Congreso de la República. La iniciativa plantea cambios importantes como la implementación del voto obligatorio y que en las elecciones sólo se permitan las listas cerradas.
Removió las cúpulas del Ejército, de la Policía y la Armada Nacional. Fue designada la coronel Olga Patricia Salazar como la nueva comandante de la Dijín, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar este cargo. Cambió su posición inicial de eliminar el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad, y le introdujo cambios en sus protocolos de actuación.
Desde ya puso sobre el tapete la discusión sobre las reformas laborales y de salud, presentándose de inmediato controversias por la posible eliminación de las EPS. Se comprometió como presidente a la asignación de un subsidio de 500.000 pesos mensuales para los viejos y viejas que no tienen pensión
Está en marcha la iniciativa de comprar 3 millones de hectáreas de tierras con destino a campesinos, en desarrollo del fortalecimiento del campo. Se reunió en la Casa de Nariño con el jefe del Centro Democrático, Álvaro Uribe, quien anunció su apoyo a esta iniciativa.
Reanudó las relaciones diplomáticas con el gobierno de Venezuela y reabrió la frontera con el vecino país, en busca de reactivar y fortalecer los intercambios comerciales entre ambos Estados, que en 2008 llegaron a US$6.100 millones.
Busca consensos entre la cadena del sector eléctrico para bajar las tarifas de energía, especialmente en la región Caribe. Inició contactos con diferentes actores armados para implementar la Paz Total y planteó un cese al fuego multilateral, es decir, de todos los actores ilegales.
En el tema ambiental va más lento, porque se encontró con cifras contundentes que demuestran la importancia económica del petróleo, gas y carbón y lo que generan en regalías para financiar los programas sociales. Además, Colombia sólo emite el 0,3% de CO2 a la atmósfera, muy lejos de los porcentajes de países como China (30,7%), Estados Unidos (13,8), Unión Europea (7,9%), India (7,1%), Rusia (4,6) y Japón (3,2%).
El presidente Petro va rápido en muchos temas y en otros no, y seguramente la primera marcha de la oposición en su contra incidirá para que reduzca un poco la velocidad, escuche, concerte y avance. Al final, si hay consensos en los temas más álgidos, el camino se le allanará para el bien del país.
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