abril 18, 2025

Hay que prepararse para enfrentar el fentanilo, droga que en EEUU mata 100.000 personas al año: Petro

En un análisis sobre las variaciones que viene registrando el mercado mundial de la cocaína y las estrategias de los narcotraficantes para acomodarse a los nuevos escenarios, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, advirtió sobre la amenaza del uso del fentanilo en el país, droga que en Estados Unidos mata 100.000 personas al año, la mayoría jóvenes.

El jefe de Estado planteó que por ello el gobierno debe prepararse desde ya para contrarrestar el uso de esta sustancia por parte de la juventud colombiana.

De manera concreta anunció que la instalación de puestos civiles de detección gratuitos y libres para consumidores en zonas de rumba “y la pedagogía sobre los efectos mortales de esta droga, deben ser el centro de una estrategia de salud pública”.

También advirtió que al fentanilo lo esconden en otras drogas para garantizar la adicción del consumidor, tiempo que consideró que “de la marihuana del capitalismo del bienestar y sus juventudes rebeldes, pasamos a la cocaína, la droga de la competitividad y el neoliberalismo; y ahora entramos a la droga de la muerte, el fentanilo: la droga del capitalismo de la crisis climática y la guerra”.

El fentanilo es un opioide sintético, que es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina. Quienes lo consumen sin control alguno sufren trastornos que primero los lleva a comportarse como zombies, y luego, en poco tiempo les causa la muerte.

El desplome en Estados Unidos

De acuerdo a lo planteado por el primer Mandatario, el mercado de la cocaína se desplomó en los Estados Unidos, “reemplazado por uno peor: el del Fentanilo que ya les mata 100.000 personas al año”.

Gustavo Petro aseguró que la cocaína mataba 4.000 personas cada año en ese país, por sus mezclas venenosas producto del mercado clandestino.

“Es por esta razón por la que cae el precio de la hoja de la Coca en las áreas dedicadas a la exportación hacia EEUU, y las organizaciones armadas asentadas allí reemplazan la pérdida de ganancias de la cocaína por oro ilícito, extorsión y secuestro contra la misma población de la zona”, explicó el presidente de la República.

Esto sucede con mercado de la cocaína

Según Petro, ha cambiado la estructura del mercado de la cocaína. Dice que las áreas de cultivo de plantas de Coca y la localización de laboratorios buscaban trazar rutas hacia el norte por el Oceano Pacífico o hacia el Caribe. “Las rutas recorrían Centroamérica, las islas del Caribe y México hacia Estados Unidos”.

Asegura que estas rutas de manera progresiva comienzan a cambiar. “Ahora van hacia el sur. Abandonan las costas y penetran al otro lado de la cordillera de los Andes hacia la selva amazónica. Hoy la mayor zona cocalera no se ubica en Tumaco en el Pacífico nariñense, ni en el Catatumbo”.

En la información compartida por el jefe de Estado a través de su cuenta de Twitter, afirma que la nueva zona de mayor producción de cocaína del mundo se ubica en una franja de 10 kilómetros a lo largo de la frontera colombo ecuatoriana, del lado colombiano. “Desde esta zona alejada del mar se trazan las nuevas rutas por los ríos y van hacia el sur. Hacia Brasil para llenar el mercado brasileño, hacia Brasil para pasar al Africa y de allí a Europa”, precisa.

Dice que también van hacia Ecuador y Perú para pasar al Asia oriental, a Japón y Australia. “¿La razón?: el mercado de la cocaína se desplomó en EEUU”.

Se bañan de sangre en el sur

Otro de los planteamientos de Petro sobre el tema, es que por esto las rutas de la marihuana, lamentablemente ilegalizada por el Congreso y la cocaína “ahora se bañan de sangre en el sur. Es por esto que de ser un país pacífico, Ecuador ha superado en violencia a Colombia, y quizás es por esto que asesinaron al candidato presidencial Fernando Villavicencio”.

Y expresa: “Es probable que con la nueva geografía del mercado de la cocaína, mafias paraguayas y uruguayas busquen construir una economía ilícita en Bolivia y es posible que ahora los laboratorios de cocaína se ubiquen en Europa para competir con calidad ante la invasión de las drogas químicas y el fentanilo”.

Y finaliza diciendo: “Cambia la geografía, pero sigue el fracaso de la guerra antidrogas empeorando el panorama. Quizás Colombia, ante su incapacidad industrial para producir fentanilo pueda escaparse de esta geografía narcotraficante; escape que para nosotros sería la paz”.

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