A los 91 años, murió en Mónaco, el maestro Fernando Botero

“Mi papá fue un ser humano extraordinario, entregado desde que fuimos pequeños. Hubo un Botero entregado al arte y luchando con las barreras, y ese padre aún en situaciones económicas muy precarias nos regaló una infancia llena de magia e inventos suyos. Eso fue lo más maravilloso de mi papá”.

De esa forma, Lina Botero recordó a su padre, el maestro Fernando Botero quien murió hoy, 15 de septiembre, a la edad de 91 años, en su casa ubicada en el principado de Mónaco.

“No había nada más que hacer. Mi papá estuvo, los últimos seis días muy delicado de salud porque había desarrollado una pulmonía y a los 91 años es difícil que uno se pueda recuperar de una pulmonía, pero afortunadamente los médicos estuvieron muy pendientes de él. Yo estuve a su lado permanentemente”, agregó Lina, quien también confirmó que por años soportó al mal de Parkinson.

“Se fue en paz. Murió tranquilamente. Estábamos mi hija y yo con él, agarrados de la mano, y dio su último suspiro y se fue en paz. Tuvo una vida tan extraordinaria, se fue con Sofía, con el amor de su vida, quien murió también este año”, precisó la hija del maestro Botero en medio de lágrimas que no pudo contener al dialogar con la W Radio.

El pintor de ‘gordos’

Botero había nacido el 19 de abril de 1932, en Medellín, en el hogar formado por David Botero Mejía y Flora Angulo Jaramillo. El 5 de mayo pasado enviudó al fallecer su esposa, la artista de origen griego Sophia Vari, luego de complicarse su salud por problemas de un cáncer que padecía.

Su fama como el pintor de ‘gordos’ surgió en 1962 con la primera exposición en el Milwaukee Art Center en Wisconsin, Estados Unidos, en la cual recibió la ‘bendición’ de críticos de artes que destacaron la calidad artística de su trabajo en la pintura y la escultura, según datos de su biografía.

Su obra es reconocida en el mundo del artístico desde hace 75 años, demostrando “sus habilidades para el dibujo que lo llevaron a desarrollar una paleta cromática con sello personal y una plasticidad que es fácilmente reconocible alrededor del mundo gracias a sus figuras de proporciones exageradas”.

Deja el legado en pinturas y esculturas, bautizado por expertos como ‘Boterismo’, caracterizado por el grueso volumen de las figuras de personas o animales.