Con base en las revelaciones que ha hecho el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, Auc, Salvatore Mancuso, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UPBD) ha confirmado el uso de hornos para incinerar a personas que eran consideradas auxiliadoras de la guerrilla en la región del Catatumbo, en Norte de Santander.
Los hornos habían sido construidos por cultivadores de caña de azúcar para el proceso de elaborar panelas y otros productos, y también por artesanos para la fabricación de ladrillos de manera artesanal, pero con la llegada de los paramilitares cambió su esencia para convertirse en sinónimo de terror, método similar al usado por los nazis en Europa para acabar con los judíos a mediado del siglo pasado.
El trabajo comenzó por la vereda Juan Frío, perteneciente al municipio de Villa del Rosario, zona limítrofe con la Estado Táchira, de Venezuela, tal como lo señaló Mancuso en las audiencias ante la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, en donde les pedido perdón a las familias de las víctimas.
El trabajo completó tres meses y se ha ido extendiendo a otras zona vecinas debido al descubrimiento de más resto de hornos.
“Lo que estamos haciendo aquí es tratar un poco de reconstruir las áreas donde presumiblemente los cuerpos fueron dispuestos para ser sometidos a altas temperaturas y documentar la posibilidad de que aún puedan existir evidencia de ello”, explicó a la prensa internacional Marlon Ayrton Sánchez, antropólogo forense de la UBPD y líder de la comisión que recorre la zona.
Sánchez agregó que es probable que existan “estructuras óseas, piezas dentales, o elementos procedentes de cuerpos de personas dadas por desaparecidas”.
Familiares de desaparecidos y que tiene el convencimiento de que fueron incinerados ha estado en la zona acompañados por la ong Fundación Progresar y de la Mesa Departamental de Víctimas de Norte de Santander.
Precisamente hay organizaciones defensoras de derechos humanos que estiman que, en los hornos, usados por integrantes del Frente Fronteras de las Auc, al mando de Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’, fueron incineradas unas 500 personas; pero luego cuando estas estructuras comenzaron a ser destruidas para borrar evidencias, en terrenos de Venezuela fueron sepultada, en fosas comunes una 200 más.
Mancuso explicó que la orden provino de Carlos Castaño. “Así que tropas nuestras, bajo nuestro mando, deciden utilizar unos hornos que había para quemar ladrillos y convertirlos en una desafortunada máquina de incinerar personas y ahí se incineraron muchas personas en el Catatumbo”.
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