La celebración aún no termina, inclusive apenas empieza. Después de las 10:30 de la noche del miércoles cuando el pitazo final llegó y Junior ganó por via de los penaltis a Independiente Medellín en el estadio Atanasio Girardot.
Aunque estaba a muchos kilómetros de distancia el calor de la afición se sintió en cada uno de las calles de Barranquilla que se pintaron de rojo y blanco con una afición que salió desbordada de manera folclórica la tan anhelada estrella.
Caravanas de carros, motos, bicicletas y un río humano desbordó una celebración que se extendió hasta toda la madrugada donde la afición se volcó al aeropuerto Ernesto Cortissoz a la espera de los nuevos héroes tiburones que dieron una nueva alegría a la ciudad después de 4 años de sequía.
Se espera que la celebración se entienda en las siguientes horas y el llamado de las autoridades es a festejar con sana convivencia y mucha moderación.
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