Editorial: Trabajar en unidad para enfrentar El Niño

Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director de EL NORTE

La sequía que viene afectando a Colombia desde ya está teniendo unos efectos negativos cada vez más graves en diferentes áreas, que tienen en emergencia a varias regiones y corriendo a las autoridades.

Lo que está sucediendo no es de poca monta, si se tiene en cuenta que apenas crece la intensidad del fenómeno de El Niño y que su punto más crítico se sentirá en febrero y marzo, según los pronósticos.

Pero la situación empeoraría si el escenario climático se extiende más allá de abril y alcanza a junio, tal como se pronosticó al inicio. Las consecuencias podrían ser devastadoras.

La gran cantidad de incendios que por estos días se registran en varias zonas se incrementarían, al igual que los problemas en el suministro de agua potable por el descenso de los niveles de ríos y ciénagas de donde se extrae el líquido para los acueductos.

Se le suman las pérdidas de cultivos que ya comienzan a registrarse y que se incrementarían con el correr de las semanas y meses, lo mismo que la muerte de muchas reses por la ausencia de agua y pasto.

El otro problema se relaciona con el sector eléctrico. Los niveles de los embalses vienen cayendo y se genera menor cantidad de energía hídrica, con lo cual se utiliza más energía térmica que en la práctica está salvando al país de racionamientos. Pero el panorama sería incierto de secarse completamente los embalses.

Ante este escenario, al que se le suma el impacto ambiental, es necesario no perder tiempo y trabajar articuladamente todas las autoridades, en función, no solamente de prevención, sino de atención inmediata de la emergencia.

Todos los niveles del gobierno, liderados por Presidencia de la República, en permanente coordinación con las gobernaciones y alcaldías, tienen que trabajar en unidad total para enfrentar este desafío, porque de lo contrario, es muy probable que la situación se salga de control y en consecuencia los efectos serían mucho peores.