- Por: Daniel Sarabia Mancini.
- Gerente de urbanismo e infraestructura de Grupo Argos Desarrollo Urbano.
En Barranquilla, la transformación urbana ha tomado un rumbo que inicialmente resultó sorpresivo e inusitado para gran parte del país, pero que ahora es un referente que es objeto de análisis de muchas ciudades por los beneficios generados en calidad de vida y la atracción de nuevas inversiones haciendo del área metropolitana un destino de negocios importante en Latinoamérica.
Este proceso se ha moldeado desde la infraestructura física y la revitalización del tejido social para generar una nueva consciencia ambiental que hoy traza el curso de las grandes discusiones de ciudad.
Detrás de esta metamorfosis se encuentra el esfuerzo colaborativo de múltiples actores sociales, académicos, gremiales y privados, entre ellos, Grupo Argos, cuyo papel ha sido clave en el desarrollo de proyectos que promueven la sostenibilidad y el bienestar comunitario. Sin embargo, la historia de esta transformación es mucho más que la suma de sus proyectos: es una narrativa de cooperación y compromiso colectivo.
Las inversiones en valor presente de más de COP 1,4 billones realizadas por Grupo Argos en infraestructura urbana durante hace poco más de 20 años ha catalizado la reconfiguración de áreas clave para la ciudad como Villa Carolina, La Castellana, Miramar y Rio Alto introduciendo un modelo de desarrollo que integra y prioriza la creación de espacios públicos y verdes, sistemas de transporte complementarios y una red interconectada e inteligente de una ciudad que poco a poco ha empezado a girar en torno a sus parques.
La historia de este modelo surge a partir de una misión institucional organizada por la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham) y la Alcaldía de Barranquilla en 2014, en Tampa, Florida, junto con directivas de la ANDI, Intergremial del Atlántico y SITUM, hoy Grupo Argos Desarrollo Urbano. La misión tenía como propósito conocer la experiencia del Departamento de Parques y Recreación de esa ciudad de Tampa cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los habitantes, prestando servicios consistentes, manteniendo su seguridad y apariencia e inculcando el orgullo y sentido de pertenencia de la comunidad.
Esta visita inspiró el diseño paisajístico, planeación, presupuesto, mantenimiento de zonas verdes, sistemas de riego, administración de espacios públicos y servicios que tienen los desarrollos más recientes de Barranquilla y dio paso a planes de acción que se han ejecutado, en parte, por Grupo Argos. Esta empresa, que en algún momento de su historia fue también Cementos del Caribe, ha liderado la habilitación de más de 200 hectáreas de parques, bosques y zonas de conservación, complementadas con más de ocho kilómetros de ciclorrutas.

Estos desarrollos representan no solo avances físicos. También son espacios que fomentan una comunidad más conectada y activa y atraen inversión nacional e internacional para usos complementarios que han terminado por compactar distintos puntos focales de la ciudad: centros comerciales, centros de salud, cajas de compensación, hotelería y turismo, centros empresariales, y desarrollos industriales a gran escala, entre otros.
El diseño y la implementación de estos espacios urbanos han sido posibles gracias al diálogo entre las entidades del gobierno regional y municipal, al concurso de las instituciones académicas de la ciudad y, crucialmente, a la participación de las comunidades que entendieron que el primer paso para la transformación de la ciudad consiste en la apropiación de sus espacios. Esta evolución permitió que en 2023 la ciudad fuera reconocida en Nueva York por el World Resources Institute con el Prize for Cities, entre 260 propuestas de 155 ciudades de 65 países. Barranquilla se destacó por ser un referente de inversión pública para la distribución equitativa de espacio público.

Por ejemplo, el Parque Villa Carolina y el Parque Paseo de la Castellana, desarrollados por Grupo Argos como parte de las cesiones por el desarrollo urbano, se han convertido en centros de vida comunitaria, ofreciendo áreas de juego y recreo, además de espacios para eventos sociales y culturales.
Otro caso es el del Parque Palmas del Río, que es notable por sus innovaciones en gestión de agua de lluvia, empleando técnicas de drenaje que protegen a la ciudad durante las temporadas de lluvia y reciclan el agua para su uso en ese mismo espacio público.
Espacios más recientes como el renombrado Parque Realismo Mágico al tiempo que sirven como áreas de esparcimiento, actúan como puntos de encuentro cultural, reflejando y celebrando la rica herencia de la ciudad a través del arte y la actividad comunitaria. Este enfoque ha sido esencial para que estos proyectos ganen la aceptación y el amor de la población local, convirtiéndolos en parte integral de la vida diaria de Barranquilla.
La historia reciente de esta capital es un testimonio del poder de la colaboración y la inversión consciente. La ciudad se ha transformado en un modelo de urbanismo sostenible para Colombia y Suramérica, demostrando que el desarrollo urbano, cuando se realiza de manera inclusiva y colaborativa, puede generar un impacto duradero y positivo. Esta narrativa continúa evolucionando, alimentada por el compromiso continuo de todos los actores involucrados y por la vitalidad inagotable de las comunidades barranquilleras.
*Publicado en la edición de mayo del NewsFlash de AmCham Atlántico y Magdalena.
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