Fue encontrado sin vida el cuerpo del menor de edad que fue arrastrado por un arroyo durante el aguacero del viernes 28 de junio en el suroccidente de la ciudad de Barranquilla.
Se trata de Keiber Alejandro Fernández Carrillo, de 9 años de edad, quien perdió el equilibrio cuando intentaba recoger una pelota de fútbol en momentos en que jugaba con otros niños, y cayó a las fuertes corrientes que se lo llevaron sin que nadie pudiera hacer nada.
El hecho ocurrió en el barrio El Bosque de esta capital a las 2 y 30 de la tarde y de inmediato los organismos de socorro iniciaron la búsqueda que concluyó en la mañana de este sábado 29 de junio cuando hallaron el cadáver del menor.
En redes de grupos de apoyo ciudadano se informó sobre la ubicación del cadáver en cercanías al conjunto residencial Caribe Verde.
El arroyo que le quitó la vida al niño Keiber Alejandro Fernández Carrillo está interconectado con otras corrientes, también grandes y fuertes, que nutren al llamado arroyo León.
Las mortales escorrentías
Estas mortales escorrentías atraviesan varios barrios del suroccidente de Barranquilla, tales como Carrizal, Santa María, La Sierrita, Sourdis, El Bosque y San Luis, Por Fin, 7 de Agosto, La Esmeralda, Las Malvinas, Las Ceibas y Las Américas.
Con esta tragedia queda demostrado una vez más que el problema de los arroyos en Barranquilla no ha sido superado en su totalidad y por ello cada vez que caen sobre la ciudad torrenciales aguaceros como los de estos días y en especial el de ayer, se forman fuertes cooruentes que generan emergencias e incluso siguen cobrando vidas.
Sería bueno que así como se han canalizado los arroyos del norte de la ciudad, también se trabaje en procura de resolver este problema en los barrios del sur.
El alcalde Alejandro Char ha anunciado la canalización de otro arroyo en la calle 85 de Barranquilla, es decir, en el norte, lo que está bien. Pero sería bueno que también destine plata de la que va a prestar (de los $3 billones que tiene autorizados) para resolver el problema de los arroyos en zonas necesitadas de la capital del Atlántico. De lo contrario, la muerte de este niño arrastrado por arroyo, será una de muchas que se darán en el futuro.
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