abril 23, 2025

¿Por qué Ecuador se apaga y Colombia no?

  • Por SANTOS SUÁREZ BADILLO, Director de El Norte

La dura experiencia que viven los ecuatorianos por cuenta del apagón que vienen padeciendo de hasta 14 horas diarias, pone sobre el tapete la necesidad de no cometer en Colombia los mismos errores que llevaron a ese país a tan lamentable situación.

Pero también demuestra que lo hecho durante las últimas tres décadas por parte de las autoridades energéticas colombianas, para evitar un cruel escenario de racionamientos de energía, ha dado y sigue dando resultados.

Si hacemos una comparación entre los aciertos y desaciertos en uno y otro país en materia eléctrica, encontramos que la historia le ha dado la razón a quienes diseñaron el esquema energético de nuestro país.

El gran error de Ecuador fue depender en un porcentaje muy elevado de la generación hidráulica de energía y no impulsar la producción eléctrica en grandes cantidades de otras fuentes.

Su matriz, que genera 8.864 megavatios, está conformada por un 92 por ciento de energía hidráulica, 7 por ciento térmica y 1 por ciento solar y eólica.

La consecuencia son racionamientos

Quiere decir que cuando hay sequía y los embalses para producir la energía hidráulica bajan considerablemente como hoy, se quedan sin gran parte de esa generación y como consecuencia vienen los racionamientos.

Ese 7 por ciento de energía térmica que se produce con gas y carbón, no es suficiente para suplir la insuficiencia de hidráulica; y el 1 por ciento de las renovables no convencionales que se producen con el sol y el viento, es un aporte muy menor aún.

Si lloviera en Ecuador la mayor parte del año, este país no tendría ningún problema, pero el escenario climático es otro, porque lo que viene registrándose es una especie de fenómeno de El Niño permanente, con sequías extremas.

Otro error es no haber tomado medidas a tiempo, cuando la naturaleza venía avisando con veranos que también estaban afectando el nivel de los embalses y provocando pequeños apagones  a lo largo de varios meses.

Y otra equivocación de las autoridades ecuatorianas fue el haberse confiado en la energía que Colombia le ha vendido vendiendo durante años, sin prever que en nuestro país el tema climático también ha exigido al sistema energético y por lo tanto hay que priorizar el abastecimiento de la demanda interna.

Lo que sí ha hecho Colombia

Contrario a lo que ha sucedido en Ecuador, en Colombia sí se adoptaron medidas para que el país no se viera afectado nuevamente por racionamientos severos como los de 1991 y 1992 cuando fue afectado por un fuerte fenómeno de El Niño. Para entonces, como en Ecuador hoy, no había tanta generación térmica y la hidráulica no fue suficiente por el secamiento de los embalses.

Con la Ley 142 de 1994, o de Servicios Públicos Domiciliarios, se le dio vía libre a la participación del sector privado en un agresivo programa de expansión del sector eléctrico, lo que permitió repotenciar plantas térmicas y construir otras. Este parque robustecido ha sido el soporte del sistema energético nacional, por cuanto no depende de los vaivenes climáticos.

De esa manera se diversificó la matriz energética del país, que hoy produce casi 21.000 megavatios, distribuidos así: 13.207 MW de generación hidráulica, 6.076 MW de generación térmica y 1.486 MW adicionales de plantas solares y eólicas. Esto representa aproximadamente el 67%, 28% y 5%, respectivamente.

Esta canasta es amplia y seguirá aumentando en la medida en que vayan ingresando los proyectos en construcción. Y continuará robusteciendo el sector eléctrico colombiano, que sin duda alguna es uno de los más sólidos en el mundo.

Este esquema ha evitado que Colombia se hubiese apagado nuevamente en situaciones climáticas extremas. En los últimos cuatro fenómenos de El Niño registrados en el país, incluyendo el de 2023-2024, no ha habido racionamientos, gracias a las plantas térmicas de energía.

Canasta energética diversificada

Con ello se demuestra que el contar con una matriz energética diversificada es una gran fortaleza que nos garantiza la continuidad del servicio.

Claro está, que hay que mejorar en diversos frentes, como son los casos de optimizar la prestación del servicio en regiones como el Caribe colombiano, al igual que bajar las tarifas.

Y en el caso de las energías renovables no convencionales, se requiere mayor eficiencia en el tema de trámites para que los proyectos no se demoren demasiado para ser implementados, y de esa manera siga creciendo la señalada matriz.

También es clave que, mirando la amarga experiencia ecuatoriana, se abran nuevas subastas del Cargo por Confiabilidad para seguir expandiendo el sector con más proyectos, incluyendo los  térmicos.

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