Uno de los proyectos de mayor impacto regional que viene impulsando el gobernador Eduardo Verano, es la construcción del llamado “Puente de la Hermandad”, entre el corregimiento de Puerto Giraldo, jurisdicción de Ponedera en el Atlántico, y Salamina, Magdalena.
Sin duda que su implementación contribuirá de manera decidida a la integración de estos territorios hermanos, y por ende a la dinamización de las economías de ambos departamentos, especialmente en la actividad agrícola, dado que favorecerá el intercambio y comercialización de diversos productos del campo, al igual que de otras áreas como la actividad turística. Y estrechará aún más los lazos culturales y deportivos.
Se trata de una iniciativa que desde ya ha despertado el interés del Gobierno Nacional para garantizar su financiación y hacerla una realidad.
La ministra de Transporte, María Constanza García, en su reciente visita a Barranquilla confirmó que ve con buenos ojos el hecho que el gobierno departamental haya priorizado este proyecto, al cual calificó como “estratégico” para los dos departamentos.
Se han venido dando pasos encaminados a concretar esta ambiciosa apuesta, siendo uno de ellos el contrato de los estudios y diseños en fase uno, por parte del Instituto Nacional de Vías, Invias.
El secretario de Infraestructura de la Gobernación del Atlántico, Azael Charris, explicó que ya hay cuatro alternativas de diseño para esta estructura, que se han clasificado de acuerdo con su localización, el trazado vial que requiere y la afectación al ecosistema.
Precisó que la primera de las cuatro propuestas plantea un puente y viaductos de 960 metros de longitud, cuyo costo a precios actuales sería de $ 322.063.302.716; la segunda es un puente de 2.150 metros que demanda una inversión de $548.275.696.291; la tercera, 1.490 metros y una inversión de $ 366.000 millones; y la cuarta, 1.576 metros, que requiere de $ 343.165.572.944.
Es más viable la tercera opción
El funcionario indicó que, por sus características y con base en el estudio en primera fase del Invías, la alternativa tres es la que mayores opciones tiene de ser escogida para ser ejecutada. Explicó que por ejemplo, plantea el aprovechamiento en el Atlántico de un carreteable existente que tiene condiciones para el tráfico, además que presenta menos afectación predial.
Ese punto está localizado en un sitio muy estable de la margen del río Magdalena y los primeros 2500 metros atraviesan zonas de pastos; y luego otros 1200 metros de áreas también de pasto, ganadería y vegetación secundaria.
El cruce sobre el río Magdalena sería de 1490 metros, y entre los viaductos y el puente, las márgenes se ubican de manera más estable. En el departamento del Magdalena atraviesa una zona pantanosa donde se encuentran cultivos transitorios.
Se ha establecido que este puente tendrá dos calzadas de 3.65 metros cada una para un total de 7,30 metros, con bermas de lado y lado de 1,60 metros, al igual que un ciclo carril de 2, 40 metros de ancho y andenes de 1, 60 metros.
Toda esta información se ha socializado en reuniones realizadas en Santo Tomás, en el Atlántico, y Remolino, municipio del Magdalena.
El secretario de Infraestructura, Azael Charris, informó que se avanza para llevar los estudios a las fases dos y tres, que valen 5.200 millones de pesos, de tal manera que se cuente con los diseños y costos definitivos, estructuración financiera y licitación para su construcción. Hacer una obra de tanta envergadura requiere sumar recursos de la Nación y los departamentos de Atlántico y Magdalena.
Beneficios para la región Caribe
Es bueno remarcar en que este proyecto no solamente beneficiará los señalados departamentos, sino que en materia de interconexión vial, también impactará favorablemente a Bolívar y Cesar. Es por ello que el “Puente de la Hermandad” es una iniciativa regional que favorece a gran parte del Caribe colombiano.
En el caso específico del Atlántico, los municipios beneficiados serán: Ponedera, Campo de la Cruz, Suan, Manatí, Santa Lucía, Candelaria, Repelón, Palmar de Varela, Santo Tomás, Polonuevo, Sabanalarga, Sabanagrande, Malambo, Soledad y Barranquilla. En el Magdalena: Remolino, Salamina, Pedraza, El Retén, El Piñón, Cerro de San Antonio, Pivijai, Fundación y Aracataca, entre otros.
El gobernador Eduardo Verano lo resume de la siguiente manera: “Esta clase de obras genera desarrollo. Es una forma de integrar el Caribe con obras de envergadura que son sinónimo de prosperidad. Este puente ayuda a materializar el sueño de unir a dos departamentos hermanos. Significa el fin del embotellamiento para municipios pujantes, vibrantes de energía vital y empresarial para desterrar el olvido y el atraso, con la integración de toda una región a través de obras públicas”.
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