Barranquilla área metropolitana sigue frenada en Competitividad. La ciudad lleva seis años en el octavo lugar en el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC), estudio presentado por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario, que incluye 26 ciudades capitales y seis áreas metropolitanas.
En la medición de este año, la capital del Atlántico obtuvo un puntaje de 5,9 sobre 10. Si bien se mantiene en la misma posición, su puntaje bajó con relación al obtenido en 2023 cuando fue de 6,2 sobre 10.
Barranquilla A.M. concentra sus desafíos más importantes en el pilar de innovación en el que registra su puntaje más bajo (3,4 sobre 10). Mientras que, en términos de ranking, sus oportunidades de mejora se observan en los pilares de educación básica y media (puesto 19) y mercado laboral (puesto 18).
Sobre estos Pilares, la Fundación para el desarrollo del Caribe (Fundesarrollo), indica que, en educación, Barranquilla presenta puntajes bajos en pruebas Saber 11, una baja proporción de docentes con posgrado, y una insuficiencia de personal docente. Además, la cobertura de educación en primaria y preescolar es baja comparada con otras ciudades. En el mercado laboral, las altas tasas de empleo informal y subocupación afectan su competitividad; esta última se refiere a quienes desean mejorar sus ingresos, trabajar más horas, o buscar un trabajo más adecuado a sus habilidades.
Sostiene además que Barranquilla ha retrocedido en competitividad frente a otros territorios en estas áreas:
- Infraestructura y equipamiento: Retos en infraestructura cultural, cobertura de acueducto y costo de energía.
- Adopción de TIC: Baja cobertura de internet y ancho de banda limitado. 3. Sofisticación y diversificación: Limitada diversidad de países destino para sus exportaciones.
- Innovación: Débil sinergia entre academia, empresas y gobierno en investigación, junto a un bajo número de patentes y diseños industriales que protegen la apariencia de productos.
Áreas identificadas
Oriana Álvarez, directora ejecutiva de Fundesarrollo, afirma que para que Barranquilla y su área metropolitana mejoren su competitividad se hace necesario atender las áreas identificadas en el ICC. “En infraestructura, por ejemplo, es importante invertir en la expansión y modernización de la red de acueducto en las zonas más necesitadas, y en la reducción de los costos de energía con mecanismos alternativos como los planteados por Fundesarrollo en noviembre de 2023, que incluyen la responsabilidad estatal de los planes de inversión eléctrica, la mejora en los mecanismos de focalización, el ajuste del consumo de subsistencia, un esquema diferencial en la prestación del servicio en zonas vulnerables, entre otros”, expresó.
En el aspecto cultural, indicó que sería importante no solo trabajar en conjunto con instituciones que enriquezcan la oferta local de museos, eventos, festivales sino también reestructurar y mantener abierto y en buenas condiciones los espacios que ya existen en la ciudad para este fin como lo son el Museo del Caribe, el Teatro Amira de la Rosa, la Fundación la Cueva entre otros.
También se debe mejorar la infraestructura de acceso a cobertura de internet en las zonas más vulnerables de la ciudad y rural del departamento.
“En educación, se necesita fortalecer la capacitación de docentes con programas de formación continua que impacte en la calidad educativa. Aumentar la cobertura en educación preescolar y superior es también es esencial”, manifestó.
Aseguró que para fomentar la innovación es fundamental crear colaboraciones entre universidades, centros de investigación y empresas que impulsen proyectos innovadores en beneficio de la comunidad.
Innovación
Desde la perspectiva de Fundesarrollo, Barranquilla enfrenta desafíos en innovación. Según el Índice de Competitividad de Ciudades (ICC), la ciudad registra un puntaje de 3,5 sobre 10 en innovación, lo que sugiere una necesidad urgente de priorizar y fortalecer este pilar. Además, precisa que a pesar de ser el Atlántico el cuarto departamento del país en número de startups, apenas representa el 4% del total nacional, lo cual refleja un ecosistema que aún puede ser mucho más robusto.
“Para mejorar en este ámbito, es esencial, además de impulsar políticas que fomenten las redes de colaboración entre los distintos sectores, apoyar a empresas tecnológicas emergentes con miras a fortalecer la capacidad innovadora local”, anotó Álvarez.
En cuanto a diversificación de exportaciones, dijo que los resultados del ICC también sugieren la necesidad de avanzar. “De las exportaciones del Atlántico, el 41% se clasifica como manufacturas de baja tecnología, y apenas el 5% de alta tecnología. Asimismo, el 61% de las ventas internacionales del departamento se dirigen a solo cuatro países, con Estados Unidos siendo el principal socio comercial (43%), seguido de Brasil (8%), México (6%) y China (4%). Esta concentración en un número reducido de mercados puede ser limitante para el crecimiento y expone la economía local a fluctuaciones externas”, expuso la directora ejecutiva de Fundesarrollo.
De acuerdo con Álvarez, para cambiar esta dinámica y mejorar su competitividad, Barranquilla y el Atlántico deben apostar por diversificar tanto sus productos como sus destinos de exportación, promoviendo alianzas que permitan a las empresas explorar nichos de mercado internacionales y recibir el apoyo necesario para diversificar sus productos y sus destinos, incentivando la innovación tecnológica en los sectores exportadores para acceder a mercados más competitivos y reducir su dependencia de pocas economías.
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