Estudio de la Universidad del Norte concluyó que Ciudad Mallorquín no se construyó sobre bosque seco tropical

En los últimos meses se han publicado 48 columnas del mismo opinador contra Ciudad Mallorquín y su supuesto impacto al ecosistema de Bosque Seco Tropical. Sin embargo, un equipo de investigadores y científicos de la Universidad del Norte analizaron más de 70 años de información sobre la evolución geomorfológica de la zona donde hoy se erige este nuevo barrio y la conclusión es definitiva: Ciudad Mallorquín no se construyó sobre un ecosistema bosque seco tropical, sino sobre un terreno con cobertura secundaria intervenida desde hace décadas.

El estudio, liderado por el profesor Juan Camilo Restrepo, director del Instituto de Desarrollo Sostenible (IDS) y experto en geociencias, demuestra que la franja costera (que abarca desde la Vía al Mar, la Circunvalar, la Vía de la Prosperidad, parte de la Ciénaga de Mallorquín, Villa Campestre, Ciudad Mallorquín y gran parte de La Playa) presenta registros de intervención humana desde 1925, cuando se construyeron las obras de Bocas de Ceniza. Estas alteraciones modificaron de forma estructural la geomorfología del lugar y dieron origen, décadas después, al sistema lagunar conocido como Mallorquín.

A partir de imágenes aéreas que datan de 1948, el equipo investigador evidenció que el área intervenida por Ciudad Mallorquín nunca correspondió a un ecosistema continuo de bosque seco tropical, sino a una cobertura secundaria fragmentada que ha coexistido con trazados viales, infraestructura y periodos intensivos de extracción minera desde mediados del siglo XX.

De hecho, el auge urbano del sector se inició apenas en los años 2000, mucho después de las primeras transformaciones significativas en este territorio. El estudio también documenta un dato revelador: la superficie de manglar en el área cercana a la ciénaga aumentó de 35 hectáreas en 2004 a 48 hectáreas en 2024, y el bosque denso creció de 15 a 20 hectáreas en el mismo periodo. La zona de humedales, además, se encuentra separada de Ciudad Mallorquín por una vía nacional y a más de 500 metros de distancia. Este mejoramiento está directamente asociado con el desarrollo formal, entre otros, con Ciudad Mallorquín, con el cual Grupo Argos ha sembrado más de 150.000 plántulas de mangle.

La consolidación de la ciénaga demuestra el potencial del desarrollo planeado, con planes de compensación serios y rigurosos y con actores comprometidos con el bienestar no sólo de los barranquilleros, sino del medio ambiente. Los esfuerzos colectivos y la inversión pública y privada seguirán fortaleciendo este territorio como un símbolo de orgullo y resiliencia.