A raíz de los nuevos controles de exportación que China impuso sobre insumos y tecnologías ligados a tierras raras, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respondió anunciando que evalúa elevar drásticamente los aranceles a las importaciones chinas y endurecer los controles de exportación de tecnologías estadounidenses hacia ese país. El mensaje —difundido en su red social— irrumpió este viernes en una jornada de mercados ya volátil y derivó en fuertes caídas de Wall Street.
En sus publicaciones, Trump calificó la movida de Beijing como “hostil” y dijo estar calculando un “aumento masivo” de aranceles, llegando a mencionar la posibilidad de un arancel adicional del 100 % “a partir del 1 de noviembre o antes”. En el mismo hilo, añadió que “no hay razón” para mantener una reunión prevista con el presidente Xi Jinping a finales de mes en Corea del Sur. Las expresiones fueron reportadas por varios medios estadounidenses que siguieron en tiempo real sus mensajes.
Del lado chino, el Ministerio de Comercio (Mofcom) ha justificado los controles de exportación sobre determinados materiales de tierras raras y tecnologías relacionadas en razones de seguridad nacional y cumplimiento de obligaciones de no proliferación. El andamiaje normativo se apoya, entre otros, en el Anuncio N.º 18/2025, que introdujo licencias y mayores requisitos de verificación para la exportación de ítems medianos y pesados de tierras raras y sus derivados.
La reacción de los mercados fue inmediata: los tres principales índices estadounidenses cerraron con pérdidas pronunciadas, en su peor sesión desde abril. El S&P 500 retrocedió cerca de 2,7 %, el Nasdaq cayó 3,6 % y el Dow Jones perdió 1,9 % (unos 878 puntos), reflejando el nerviosismo por una nueva escalada comercial y por el impacto potencial sobre cadenas de suministro sensibles. Los sectores tecnológicos y de semiconductores concentraron las ventas.
En términos de lo que se dijo y por quién, la secuencia es clara: Trump amenazó con un “incremento masivo” de aranceles y sugirió controles adicionales de exportación tecnológica; además, afirmó que “no hay razón” para reunirse con Xi este mes. Beijing, por su parte, precisó que sus medidas buscan proteger la seguridad nacional y cumplir compromisos internacionales, enmarcando los controles en un sistema de licencias y supervisión aduanera reforzada. Estas formulaciones, tal como fueron reportadas y/o publicadas, permiten trazar el tenor de la discusión sin añadir valoraciones.
Implicaciones inmediatas
Las implicaciones inmediatas se ubican en tres planos. Diplomático: el lenguaje y la duda sobre el encuentro Trump–Xi enfrían expectativas de distensión y elevan el riesgo de acciones espejo por parte de China. Comercial: un arancel adicional del 100 % —si se materializa— supondría un salto frente al marco vigente y reconfiguraría la economía de importaciones para decenas de rubros con alto contenido chino. Sectorial: el refuerzo de controles sobre tierras raras —insumos críticos para imanes de alto rendimiento, aeroespacial, defensa, semiconductores y vehículos eléctricos— añade fricción a cadenas de valor globales y presiona costos de sustitución.
Para los inversionistas, el episodio reaviva la aversión al riesgo y la volatilidad (VIX al alza), al tiempo que aumenta la sensibilidad de empresas con exposición a China —especialmente tecnología y semiconductores— a noticias de política comercial. La lectura táctica del mercado sugiere monitorear guías empresariales del sector y la evolución del índice de semiconductores de Filadelfia como termómetro de disrupción.
*Con información de AmCham Colombia.
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