Con una inversión que supera los $2.900 millones, la Ranchería Yawacar en Manaure, La Guajira, ha celebrado la entrega de una nueva y digna sede para la Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima.
Este proyecto, liderado por el Fondo Paz y contando con la asistencia técnica de Findeter, no solo representa una nueva escuela, sino un poderoso símbolo de esperanza y transformación territorial para la comunidad Wayúu.
Esta infraestructura, que beneficia de manera directa e indirecta a cerca de 500 personas, busca contribuir al cierre de brechas sociales y a la garantía del derecho a la educación en condiciones dignas para la niñez wayúu.
La construcción de esta sede es un paso importante hacia la equidad territorial y la inclusión social, y un reconocimiento de la cultura wayúu como pilar del desarrollo local. Para la comunidad Yawacar, esta obra simboliza la garantía de contar con condiciones dignas para la formación de sus jóvenes.
Uno de los logros más significativos es que los estudiantes ahora podrán acceder y continuar con la educación media (grados 10 y 11), algo que anteriormente no era posible. La obra está diseñada para mejorar la calidad de vida, fortalecer los usos y costumbres indígenas, y formar jóvenes con competencias listas para enfrentar los retos de un mundo globalizado.
Sandra Fuentes, directora del Fondo Paz, destacó que esta entrega materializa el compromiso del Gobierno con la transformación. “Durante muchos años, este territorio fue sinónimo de ausencia del Estado. Pero hoy estamos demostrando que avanzar en dignidad sí es posible”, dijo.
Infraestructura con sello Wayúu
La nueva sede está compuesta por varios módulos funcionales, así: Un módulo multigrado con tres aulas de clase, módulo de servicios que incluye baterías sanitarias y la zona administrativa y uno de la Unidad Comunitaria de Atención (UCA), que cuenta con dos ambientes pedagógicos y una cocina.
El proyecto refleja cómo la infraestructura puede ser también un acto de reconocimiento cultural. El diseño fue concebido como un homenaje a la cultura wayúu y a su sabiduría ancestral. Elementos como las formas circulares de las aulas evocan el espíritu colectivo de la ranchería, mientras que la espiral en sus recorridos simboliza el movimiento de la vida y el aprendizaje.
Los detalles constructivos fueron pensados para dialogar con el paisaje árido y luminoso de La Guajira. Se utilizaron bloques ventilados para asegurar el confort térmico natural a través del flujo del viento, y cubiertas amplias para ofrecer sombra y protección solar. Los tonos terracota y arena integran la obra al entorno, levantando una escuela que celebra la identidad wayúu.
Aliado en la materialización del sueño
El proyecto nació y se desarrolló a partir del diálogo directo con la comunidad; líderes, familias y estudiantes participaron en talleres para que la nueva institución fuera un reflejo de su cultura y esperanza.
Juan Carlos Muñiz Pacheco, presidente de Findeter, subrayó el rol de la entidad en este proceso. “En Findeter, como aliado estratégico del Gobierno Nacional, acompañamos a Fondo Paz en la ejecución de obras que reafirman el compromiso… Este proyecto representa la materialización de un sueño largamente esperado por la comunidad: ver a sus hijos acceder a una educación digna y de calidad, en instalaciones adecuadas que reflejan el amor y sentido de pertenencia hacia su territorio”, subrayó.
Señaló que con proyectos de este tipo, el Gobierno avanza en su propósito de cerrar brechas, entendiendo que “la educación, la infancia y la cultura son el camino para construir una Colombia más equitativa, incluyente y en paz”.

Más historias
El convenio entre banco alemán KfW y Findeter para proyectos de desarrollo
Alcalde Char y comandante de la Mebar destacan que helicóptero Halcón fortalece la seguridad de la ciudad
Con certificación el Medio Oriente le abre las puertas al café y cacao colombianos