Felipe Durán, Superintendente de Servicios Públicos Domiciliarios.

Superservicios propone conectar a Air-e con la generación como parte de la solución estructural

Felipe Durán Carrón, Superintendente de Servicios Públicos, mencionó este miércoles los factores críticos que llevaron a la intervención de la empresa Air-e en la región Caribe colombiana, así como los desafíos y propuestas para una solución energética de largo plazo.

Sus declaraciones se dieron en el marco de la instalación de la Comisión Accidental permanente de la Comisión Quinta del Senado de la República, que hace seguimiento a la intervención de la mencionada empresa.

Durán dijo que la de Air-e es una historia que se repite en el Caribe, donde las empresas eléctricas, a pesar de condiciones iniciales favorables, terminan en crisis. Subrayó la necesidad de una transformación profunda, incluyendo la conexión del operador con la generación de energía como parte de la solución estructural a su crisis.

“Aire no tiene generación. Pues hay que pensar también en una salida, en una solución que lo conecte con la generación de alguna forma. Dentro de la solución estructural hay que pensarnos también que este operador pueda o quien esté allí pueda tener una conexión con la con la generación, dijo el funcionario.

Durán hizo un llamado a revisar los “problemas estructurales” del sector en el Caribe y mencionó que el presidente Gustavo Petro está “comprometido con una solución pronta y rápida”.

Entre los criterios para esta solución estructural, además de conectar a Air-e con la generación, el superintendente afirmó que se deben garantizar la ejecución sostenida de las inversiones, una reducción de pérdidas (ligada a inversiones y estrategias de gestión social), la implementación de Colombia Solar para mercados vulnerables, no cargar ineficiencias a los usuarios, la definición de esquemas diferenciales para zonas no normalizadas, y buscar la estabilidad financiera con una solución sostenible en el tiempo.

Expuso que el camino hacia una solución definitiva para el Caribe requiere la construcción de una regulación especial para las empresas intervenidas, ya que no pueden competir bajo las mismas reglas de las empresas en condiciones normales. Anotó que la Superintendencia, en colaboración con el Ministerio de Minas y otros actores, está trabajando en estas salidas “novedosas y estructurales, con el compromiso del gobierno de estar “permanentemente ante el Congreso de la República”.

Condiciones favorables

Durán detalló que Air-e, al igual que Afinia, asumió la operación del mercado caribeño bajo condiciones “bastante favorables”. La empresa recibió el mercado con “cero deudas” y sin heredar pasivos pensionales de su predecesora, Electricaribe. Además, se benefició de inversiones previas del Estado, que sumaron 860.000 millones de pesos provenientes de varios Conpes (3339, 3639, 85) destinadas a mejoras de infraestructura.

Estos recursos eran parte de una inversión estatal que superó los 7 billones de pesos en el mercado caribeño antes de la llegada de Air-e, lo que significa que la empresa “entró a operar 0 km” y “apalancada en la práctica”. También se le permitió incorporar ingresos por pérdidas adicionales, cobrados a los usuarios.

A pesar de estas ventajas iniciales, el superintendente presentó un panorama de un deterioro financiero progresivo previo a la intervención. Desde enero de 2024, se observó un aumento en los procedimientos de limitación de suministro (cortes) reportados por XM debido a incumplimientos de pago a los generadores. Esta situación evidenciaba una creciente complejidad en la gestión de la empresa.

Dijo que el declive financiero se hizo más evidente hacia el tercer trimestre de 2024, cuando las utilidades operacionales, antes de impuestos y netas, ya eran negativas. Un factor clave en esta crisis fue la cancelación de contratos bilaterales, que dejó a Air-e expuesta a la bolsa en más de un 50% en agosto de 2024, coincidiendo con precios “disparados” por el fenómeno del Niño.

“Esta alta exposición al mercado spot, en un momento de precios máximos, se convirtió en la mayor parte de la explicación de la deuda postoma”, anotó el superservicios.

La deficiencia de inversiones

Durán también se refirió a la drástica caída en la ejecución de inversiones por parte de Air-e antes de la toma de posesión. Mientras que en 2021 y 2022 la empresa ejecutó el 96% y 91% de las inversiones pactadas con la CREG, respectivamente, en 2023 este porcentaje se desplomó al 41%, y en 2024, apenas alcanzó el 19%.

Añadió que esta falta de inversión tuvo un impacto directo en el mercado, afectando a los usuarios, las tarifas, y contribuyendo a un aumento de las pérdidas y problemas de calidad del servicio. A pesar de que los indicadores de calidad superficialmente “podrían cumplirse” debido a metas “bastante flexibles” y “generosas”, en la práctica, existía un “problema de tensión social con los usuarios por los problemas de continuidad”.

El funcionario enfatizó que es “muy complicado sostener la calidad, sostener la reducción de pérdidas si no hay inversiones”, calificando esto como una de las “grandes lecciones” del proceso.

La intervención fue necesaria

De acuerdo con el superintendente Durán ante la situación crítica y el riesgo de la prestación de servicio, la intervención de la Superintendencia de Servicios Públicos se volvió “indispensable y necesaria”. La prioridad de Superservicios era “garantizar la prestación de servicio” y asegurar que “a la gente no se le apague el servicio”.

Aseguró que desde la intervención, se han implementado medidas como la financiación de 148.000 millones de pesos para pagar a agentes del mercado mayorista, la detención de cancelaciones de contratos bilaterales, y la gestión ante la CREG para habilitar la compra directa de energía.

El Superintendente destacó que, aunque aún hay retos, los usuarios “están recibiendo un servicio más económico”, con tarifas incluso más bajas que el promedio nacional, y se ha observado una reducción en las peticiones, quejas y reclamos (PQRs) y una menor conflictividad social.