Hasta un 90% podría subir tarifa de gas natural residencial en escenarios de mayor importación

Un alto impacto en la tarifa del servicio de gas natural percibirá el sector residencial del país en la medida en que se requieran mayores importaciones de este energético para satisfacer la demanda esencial. Esta situación se prevé teniendo en cuenta que en los últimos once años las reservas probadas de gas natural en Colombia se han reducido a menos de la mitad, al pasar de 5727 giga pies cúbicos (GPC) en 2012 a 2373 GPC en 2023.

Durante este periodo, con excepción del año 2021, las reservas incorporadas han sido insuficientes para reemplazar el volumen de gas producido, indica una investigación de Fedesarrollo.

En este estudio, los investigadores adjuntos de Fedesarrollo, Sergio Cabrales y Juan Benavides precisan que, por la reducción de la brecha entre oferta y demanda, el precio del gas ha pasado de USD$ 4.5 por millón de BTU (MBTU) entre 2015–2022, a más de USD$ 10 por MBTU en los últimos meses, sin contar el precio final que incluye el resto de costos de la cadena.

“Las proyecciones del balance entre oferta y demanda, de acuerdo con información oficial, indican que, hacia finales de 2026, la oferta de gas natural nacional e importado no sería suficiente para cubrir la demanda proyectada por la UPME. El gas importado, además de ser insuficiente para suplir el déficit local por el tamaño de la planta de regasificación en la Costa atlántica, tiene precios que pueden ser hasta tres veces superiores al del gas nacional”, señalan.

El documento estima el aumento en la tarifa del gas natural para el sector residencial, considerando distintos niveles de participación del gas importado. Se calcula el incremento porcentual de la tarifa del gas natural (costo unitario variable, CUV) en cinco de las principales ciudades, en comparación con la tarifa promedio observada en 2024.

Así las cosas, si la mitad de la oferta proviniera de gas importado, el incremento tarifario podría alcanzar el 44.6% en Bogotá, 44.9% en Medellín, 45.8% en Bucaramanga, 30.3% en Cali y 11.7% en Barranquilla, respectivamente.

En un escenario más pesimista, en el que la canasta esté compuesta exclusivamente por gas importado, los aumentos podrían ser 89.3% en Bogotá, 89.7% en Medellín, 91.5% en Bucaramanga, 60.7% en Cali y 23.4% en Barranquilla.

“En un escenario crítico, si hacia finales de 2026 no se incorpora nueva oferta de gas, es posible que la disponibilidad total de gas natural -tanto de origen nacional como importado- sea inferior a la demanda interna. Esta situación podría generar racionamientos de gas en algunos sectores o incluso cortes en el suministro de electricidad a nivel nacional”, indica el estudio.

“Colombia está dejando de ser un destino atractivo para la inversión en hidrocarburos. Las condiciones actuales del sector de hidrocarburos han provocado el retiro de grandes compañías petroleras como ExxonMobil, Shell, Repsol, ConocoPhillips, Chevron y BP, que ya no contemplan proyectos relevantes en el país”, anotan los investigadores.

El impacto en el componente de transporte

La tarifa de gas de uso residencial, conocida como costo unitario de prestación (CU), se compone del producto entre el consumo en metros cúbicos y el costo unitario variable (CUV). Este CUV a su vez está compuesto por el costo de la molécula de gas (G), más el transporte (T) y la distribución (D).

El estudio destaca que el aumento de la dependencia de las importaciones derivará en tarifas del servicio de gas más altas en razón que traerlo desde el exterior representa un precio por molécula de gas hasta tres veces más alto.

Adicionalmente, el componente de transporte (T) también se incrementa en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga, debido a que el costo del transporte aumenta al modificarse el punto de suministro desde campos del interior del país como Cusiana, Cupiagua o Gibraltar, hacia el puerto de importación en Cartagena.

En Bogotá, en escenarios en los que el 50% y el 100% del gas consumido sea importado, la tarifa podría incrementarse hasta en un 44.6 % y 89.3%, respectivamente, afectando a más de 2.2 millones de hogares.

En Medellín, se proyecta un aumento de hasta 44.9 % y 89.7 % en los mismos escenarios, con un impacto sobre más de 750,000 hogares que dependen de este servicio

En Bucaramanga, los incrementos son aún más pronunciados, alcanzando hasta un 45.8 % y 91.5 %, respectivamente, lo que representa el mayor aumento tarifario entre las ciudades analizadas y afectaría a más de 178,000 hogares.

En Cali, con una participación del 50% de gas importado, la tarifa sube en promedio un 30.3 %, mientras que con un 100% importado el incremento alcanza el 60.7 %, lo cual afecta a más de 650,000 hogares.

En contraste, Barranquilla presenta un impacto tarifario más moderado: con una participación del 50% y 100% de gas importado, la tarifa podría aumentar en un 11.7 % y 23.4 %, respectivamente, lo tiene una relativa baja afectación en sus 368,000 hogares. Esto se debe a que, aunque el componente del costo de la molécula (G) se encarece, el efecto es parcialmente compensado por la reducción en el componente de transporte (T), dada la cercanía al puerto de regasificación de Cartagena.

Consideraciones finales

El informe indica que el déficit de producción doméstica era evitable, si desde hace una década se hubiera enfrentado ágilmente el proceso de licenciamiento ambiental y consultas previas con liderazgo público, se hubieran tomado decisiones de inversión adicional en importaciones y si, después de 2022, no se hubieran introducido ‘palos a la rueda’ para la exploración y no se hubiera aumentado el government take.

“Los consumidores pagan un sobrecosto que reduce la competitividad del sector productivo y el bienestar de los ciudadanos. Colombia no podrá recuperar su autosuficiencia en gas natural sin la suscripción de nuevos contratos de exploración, un aumento significativo en la perforación de pozos y condiciones atractivas que estimulen la inversión en el sector de hidrocarburos”, puntualizan.