- Por SANTOS SUÁREZ BADILLO
Director de El Norte
No es nada bueno lo que está ocurriendo con la empresa Air-e en materia financiera. Sus números son cada vez peores en todos los niveles, y pareciera que su rumbo es el precipicio; y lo que es peor, amenaza con llevarse consigo a toda la cadena eléctrica del país.
El consolidado del año pasado señala que la empresa registró pérdidas por $1,4 billones y la proyección para este año apunta a que se incrementarán a $2,5 billones. Y otra cifra aterradora indica que hacia el 2026 aumentarían a $6 billones.
Estas cifras se las entregó el entonces agente especial interventor de Air-e, Edwin Palma, hoy ministro de Minas y Energía, a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, que tiene intervenida a la compañía desde el 12 de septiembre del año pasado.
Quiere decir, que si la Superservicios tomó en posesión a esta empresa distribuidora y comercializadora de energía para detener su caída, estabilizarla y garantizar su operación, ha fracasado.
Hay otros datos igual de graves y tienen que ver con el nivel de pérdidas por el robo de energía, que se dispararon del 25 al 28 por ciento y representan diariamente $3.143 millones.
Lo anterior quiere decir que en plata perdida por energía robada de los usuarios, la cuantía se duplicó, porque antes de ser intervenida sumaban $1.600 millones diarios, cerca de $50 mil millones mensuales. Hoy suman casi $100 mil millones todos los meses.
Una empresa a la que muchos de sus clientes de todos los estratos le roban 1.2 billones de pesos al año, y cerca del 30 por ciento de los que no roban, no le pagan y suman deudas abultadas, no tiene ninguna viabilidad, lo que ha sido demostrado históricamente.
A las desaparecidas Electricaribe y Electrocosta las manejaron firmas norteamericanas, venezolanas y españolas y fracasaron. A la empresa Air-e la manejó, inicialmente un empresario colombiano, Alberto Ríos Velilla, y no pudo con ella. Ahora la controla el gobierno con la Superservicios y su panorama es muy desalentador.
El Gobierno Nacional al parecer no tenía ni idea del gran problema en el cual se iba a meter con esta ‘papa’ extremadamente caliente. Es tal la gravedad de su situación que Air-e intervenida no tiene dinero para pagar la energía que le compra a los generadores para luego prestarles el servicio a sus usuarios en La Guajira, Magdalena y Atlántico.
Recibe la energía de los generadores y no les paga, ya les debe $1.5 billones después de la intervención. La mayoría son térmicas, a las cuales les adeuda casi $1 billón. Tiene seis meses que no les paga un solo peso, lo que pone en riesgo la continuidad de la operación de estas compañías y por ende la entrega de energía para los usuarios. Igual ocurre con transmisoras de energía.
Olímpicamente Air-e intervenida decidió seguir con esta actitud, al parecer no importándole lo que suceda con las generadoras, las cuales no pueden dejar de venderle o limitarles el suministro, porque la Superservicios se los prohíbe.
Y hay un Fondo Empresarial que la Superintendencia tiene para los casos de intervención, pero está vacío y esta entidad no hace nada para nutrirlo.
Las preguntas son: ¿Hasta cuándo la Superintendencia de Srervicios Públicos Domiciliarios seguirá con esta actitud? Y ¿hasta cuándo resistirán las empresas generadoras esta actitud de mala paga de Air-e intervenida?

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