Estados Unidos anunció, a través de su presidente, Joe Biden, apoyo a la lucha que libra Colombia para frenar las actividades de los narcotraficantes en el país, pero recomendó redoblar los esfuerzos. Dicho apoyo se traduciría en recursos, dotación logística, capacitación, entre otros aspectos.
“Con nuestros socios clave en América del Sur, Estados Unidos seguirá apoyando los esfuerzos en curso para reducir el cultivo de coca y la producción de cocaína, ampliar el acceso a la justicia y promover medios de vida alternativos”, anotó el Mandatario.
Luego agregó: “Colombia ha sido históricamente un socio fuerte en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, el cultivo ilícito de coca y la producción de cocaína siguen en niveles históricamente altos, e instó al Gobierno de Colombia a priorizar los esfuerzos para ampliar su presencia en las regiones productoras de coca y lograr un progreso sostenible contra las organizaciones criminales”.
A propósito de la lucha contra el ilícito negocio de las drogas, el Gobierno Petro ha venido trabajando en dos estrategias simultáneas, de acuerdo con un informe periodístico de la W Radio, y en el que además reconoce que los resultados no hay sido los esperados.
“La producción de drogas ilegales está en sus máximos históricos, la demanda mundial de viejas y nuevas sustancias psicoactivas se ha incrementado y las redes criminales continúan expandiendo sus ganancias”, destaca el informe.
El trabajo que se propone ejecutar el Gobierno tiene dos vertientes. La primera se denomina ‘Oxigeno’ con base en tres pilares, siendo el primero: “Apoyar el tránsito integral hacia economías lícitas y la reducción de vulnerabilidades de los territorios y poblaciones (rurales y urbanas) que dependen y han sido afectadas por el mercado ilegal de las drogas”.
El segundo es: “Implementar medidas de manejo ambiental y acción climática” con el fin de, dice el documento, “conservación y restauración de las zonas que, directa e indirectamente, han sido afectadas por la economía de las drogas ilícitas”.
Y el tercero: “Abordar el consumo de sustancias psicoactivas desde un enfoque de salud pública y de derechos”.
La otra vertiente es conocida como ‘Asfixia’, dirigida a enfrentar a las bandas delincuenciales, dedicas al negocio en sus diferentes cadenas. “Los esfuerzos militares, policiales y punitivos se concentrarán los nodos estratégicos del sistema criminal, que son quienes generan violencia y se lucran en mayor proporción de esta economía ilícita”, señala.
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