Más de 300.000 personas salieron de la pobreza energética en 2024 en Colombia

La tercera edición del Índice Multidimensional de Pobreza Energética (IMPE), elaborado por Promigas y Fundación Promigas y presentada este martes, indica que la pobreza energética en Colombia disminuyó a 15,4% de la población durante 2024, una reducción frente al 16,1% registrado en 2023. Esto significa que más de 300 mil colombianos superaron esta situación en el último año. A pesar de este progreso, la cifra de personas en condición de pobreza energética sigue siendo alta, alcanzando cerca de 8.1 millones de personas.

El informe precisa que, aunque Colombia está avanzando, el ritmo actual es insuficiente para lograr los objetivos a largo plazo. Si se mantiene la cadencia de aproximadamente 300.000 personas saliendo de la pobreza energética cada año, la meta trazada de alcanzar un solo dígito se lograría solo hasta 2034.

Para conseguir la meta de reducir la pobreza energética a un solo dígito (9,5%) para 2030, el país deberá acelerar su ritmo actual de reducción. El IMPE plantea que es necesario llevar el progreso al menos a 1,0 punto porcentual por año durante los próximos seis años. Este esfuerzo implica que cerca de 2,9 millones de personas deben superar esta condición para el año 2030.

La hoja de ruta para avanzar

El informe de esta edición, titulado “Es hora de zarpar Rumbo a pobreza energética de un dígito en 2030”, presenta una hoja de ruta basada en cuatro apuestas estratégicas clave para lograr esta aceleración:

1. Recuperar y ampliar la calidad de la energía eléctrica.

2. Avanzar en la implementación del Plan Nacional de Sustitución de Leña.

3. Ampliar la dotación de electrodomésticos básicos y dispositivos para el aprovechamiento energético dentro del hogar.

4. Garantizar el acceso a la energía eléctrica en todos los colegios del país.

El IMPE como carta de navegación

En el marco de la presentación de los hallazgos de esta tercera edición, Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, destacó la importancia estratégica del índice: “El IMPE es más que una métrica: es una hoja de ruta para transformar vidas y cerrar brechas históricas; es una carta de navegación para los gobernantes, que les permite identificar rutas posibles para reducir la pobreza energética, balanceando eficiencia y equidad”.

Rojas subrayó que “Alcanzar un dígito en 2030 es posible a través de la implementación de diferentes medidas que reducirían las brechas regionales y rurales a un ritmo acelerado”.

Sin embargo, el presidente de Promigas advirtió sobre la magnitud del reto a futuro: “Si alcanzamos la meta de reducir la pobreza energética a un solo dígito para 2030, aún habrá cerca de 5.1 millones de personas viviendo en esta situación en Colombia. Por eso, es urgente implementar desde ahora políticas claras y de largo plazo, ya que el desarrollo no admite atajos”.

Las brechas territoriales siguen siendo profundas, con zonas como Vaupés (86,5%), La Guajira (63,1%) y Chocó (52,8%) presentando cifras críticas, en contraste con bajos niveles de privación en departamentos como Bogotá (1,4%), Quindío (2,9%) y Valle del Cauca (3,5%). El desafío del país radica en reducir estas disparidades, ya que uno de cada seis colombianos continúa siendo pobre energético.

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