- Por SANTOS SUÁREZ BADILLO, Director de El Norte
El Gobierno Nacional a través del Ministerio de Minas y Energía, está contemplando seriamente la alternativa de liquidar Air-e y entregarle el manejo del servicio de energía en Atlántico, Magdalena y La Guajira a Gecelca.
Para algunos la idea no es descabellada, pero para que sea viable, se hace necesario garantizar suficiencia financiera.
La Generadora y Comercializadora de Energía del Caribe, con sede principal en Barranquilla, es una empresa de gran prestigio que va a cumplir en abril de 2026 un total de 20 años de creada tras la liquidación y escisión de la antigua Corporación Eléctrica de la Costa Atlántica, Corelca.
Genera energía térmica, esencialmente a base de carbón, y su desempeño ha sido exitoso y clave, como el resto del parque térmico, para evitar que Colombia se apagara en los últimos cuatro fenómenos de El Niño.
Su composición accionaria es mayoritariamente estatal, tiene una planta en La Guajira que se llama Termoguajira y otras dos en Córdoba: Gecelca 3 y Gecelca 3.2. Entre todas suman una capacidad instalada de 712 megavatios.
No es suficiente
Se trata de una compañía sólida y muy importante para el sector eléctrico de la región Caribe y el país en general, que ha sido manejada con demostrada eficiencia y transparencia, consolidándose como uno de los activos más estratégico y valioso en la cadena energética nacional.
A pesar de las señaladas bondades, asumir la tamaña responsabilidad que significa manejar un negocio tan complejo como la prestación del servicio de energía en gran parte de la Costa Caribe, requiere más que eso.
Entre las alternativas consideradas por el Ministerio de Minas y Energía, está la de aprovechar la existencia de una empresa con gran experiencia como Gecelca y situada en la región, para que reemplace a la quebrada Air-e.
Es decir, no improvisar con la creación de otra compañía, sino utilizar una ya existente con gran experiencia y credibilidad que se encargue de la tarea sumamente difícil de garantizar una eficiente prestación del servicio de energía con las inversiones requeridas, y la sostenibilidad del negocio.
El gobierno sabe que abrir un concurso para que el sector privado monte una nueva empresa para reemplazar Air-e y encargarse del servicio en los mencionados tres departamentos, sería un rotundo fracaso, en razón a los números negativos y la historia de quiebras de todos los que asumieron ese reto. Nadie participaría.
Antecedentes muy negativos
En ese sentido es bueno recordar que la norteamericana Houston Industries a través de HIE Caribe Energy, con la venezolana Electricidad de Caracas, manejaron sin éxito a Electricaribe y Electrocosta.
Luego ocurrió lo mismo con la española Unión Fenosa, más tarde Gas Natural Fenosa, hoy Naturgy. No pudieron y tuvieron que irse del país sin cumplir la tarea. Electricaribe fue liquidada y se convirtió en Air-e que fue comprada por la familia colombiana Ríos Velilla, que también fracasó en el intento. Y el gobierno de Gustavo Petro hace un año la intervino con resultados financieros catastróficos.
En este contexto de gestiones fallidas que impiden invertir suficientemente para optimizar el servicio, el gobierno ve en Gecelca una tabla de salvación; sin embargo, si no le inyecta dinero suficiente, el remedio puede ser nuevamente peor que la enfermedad.
Air-e tiene deudas acumuladas antes y después de su intervención por parte de la Superintendencia de Servicios Públicos, que superan los 3.5 billones de pesos, y un déficit mensual cercano a los 200 mil millones de pesos.
Como no le está pagando a las generadoras la energía que les compra, sus deudas con este segmento de la cadena energética están cercanas a 1.6 billones de pesos, poniendo en gravísimo riesgo su continuación en el mercado.
Cubrir el déficit mensual
Al ser liquidada Air-e todas sus deudas quedarían congeladas y por lo tanto sus acreedores tendrían que esperar un largo tiempo para que les paguen. Sólo a los térmicos ya les debe casi 1 billón de pesos.
Si Gecelca entrara en escena, el gobierno tendría que garantizarle suficiente plata para asumir varios retos. Uno de ellos es tener con qué para cubrir el déficit mensual de 200 mil millones de pesos mensuales, es decir, 2.4 billones de pesos al año para seguir operando.
Y ese déficit continuará por la complejidad del mercado, caracterizado en un porcentaje mayoritario por el robo descarado de energía y una cultura del no pago del servicio, atizada en varios momentos por dirigentes y gobernantes locales para sacar réditos políticos.
Lo que recauda actualmente Air-e no alcanza y ese porcentaje tampoco le alcanzará a Gecelca por lo menos en el primero o más años. Por lo tanto, mientras se implementan las medidas administrativas que contemplen estrategias para cambiar esa perversa cultura de cientos de miles de usuarios o clientes, de tal forma que los números comiencen a cambiar, es necesario que el Gobierno Nacional se meta la mano al bolsillo para inyectar con suficiencia financiera a la Generadora y Comercializadora de Energía del Caribe.
Si ese refuerzo económico no se da, la fuerza de los hechos llevará a un nuevo fracaso y el problema quizá se agudice más, porque la crisis de Air-e quebrada podría trasladarse a Gecelca y llevarla también a la quiebra.
Alternativa viable jurídicamente
Es bueno remarcar en que todo este escenario se daría en el entendido que desde el punto de vista jurídico esta alternativa es viable.
Algunos dicen que no es posible legalmente que un generador pueda simultáneamente distribuir y comercializar el servicio de energía; sin embargo, otros aseguran que sí y está consignado en un artículo que ha sido poco analizado, del Plan Nacional de Desarrollo.
Noticia relacionada: https://elnorte.com.co/con-deudas-por-35-billones-air-e-es-inviable-financieramente-senador-name/
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