Por medio de su cuenta oficial de Truth, el presidente Trump hizo un llamado a los agricultores estadounidenses a prepararse para vender sus productos en el mercado nacional. “A los grandes agricultores de los Estados Unidos: prepárense para empezar a producir una gran cantidad de productos agrícolas que se venderán DENTRO de los Estados Unidos. Los aranceles se aplicarán a los productos del exterior el 2 de abril. ¡Diviértanse!”, indicó Trump.
La preocupación del presidente Trump al respecto tiene que ver con las represalias que tomen China, México y Canadá ante los nuevos aranceles, ya que estos 3 países son los principales compradores de productos agrícolas de EE. UU. en el mercado internacional, con compras en el año fiscal 2024 por US$ 26, US$ 30 y US$ 29 mil millones, respectivamente.
Según el Departamento de Agricultura de EE. UU., en el año fiscal 2024 se exportaron US$ 174,4 mil millones de productos agrícolas desde EE. UU., mientras que se importaron US$ 206,2 mil millones, por lo que aparentemente sí habría espacio para reemplazar las exportaciones por demanda interna a la vez que se reducen las importaciones, que es lo que parece que quiere el presidente.
Responden también con aranceles
Lo previsto por el presidente Trump se hizo realidad, pues China y Canadá anunciaron nuevos aranceles a las importaciones estadounidenses en represalia a los últimos gravámenes impuestos esa nación.
China impondrá aranceles del 10% y el 15% a una serie de importaciones agrícolas estadounidenses, entre otras cosas.
Además de aranceles, China respondió sumando 10 empresas estadounidenses a la lista de entidades no confiables del país.
Canadá por su parte expresó que respondería de la misma manera, con aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por valor de US$155.000 millones.
“Los canadienses somos razonables y educados, pero no nos acobardamos ante una pelea, no cuando esté en juego nuestro país y el bienestar de todos sus habitantes”, dijo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
“[EE..UU.] ha elegido sabotear su agenda… Hoy no hay absolutamente ninguna justificación ni necesidad de estos aranceles”, añadió.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que esperará hasta el próximo domingo 9 de marzo para anunciar las “medidas arancelarias y no arancelarias” con las que responderá a los aranceles de EE.UU.
Cabe señalar que este 4 de marzo entraron en vigor los aranceles del 25% establecidos por Estados Unidos para México y Canadá, y un 10% adicional para China.
Un “acto de guerra económica”
El reconocido inversionista Warren Buffett advirtió que los aranceles pueden actuar como un “acto de guerra económica” y afectar la estabilidad del comercio internacional.
En su conversación con CBS News, Buffett explicó que los aranceles terminan funcionando como un impuesto al consumo, ya que los costos adicionales se trasladan a los consumidores finales.
Buffett enfatizó que en economía siempre es crucial preguntarse “¿y luego qué?”, refiriéndose a las implicaciones a largo plazo de las políticas arancelarias. Su comentario surge en un contexto en el que el expresidente Donald Trump planea imponer nuevos aranceles del 25% a Canadá y México, además de aumentar los aranceles sobre bienes de China del 10% al 20%.
El artículo también resalta que el Secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, minimizó las declaraciones de Buffett, sugiriendo que los aranceles podrían reemplazar al Servicio de Impuestos Internos (IRS), aunque esta afirmación fue desmentida por la historia fiscal del país.
Buffett ha sido un crítico constante del uso de aranceles como estrategia comercial. En 2016, calificó como “una muy mala idea” la propuesta de Trump de imponer aranceles generalizados. Su advertencia recuerda el impacto negativo del Acta Arancelaria Smoot-Hawley de 1930, que profundizó la Gran Depresión y fue vista por algunos como una declaración de guerra económica.
El análisis de Buffett refuerza la preocupación de muchos economistas sobre el impacto de los aranceles en la economía de EE.UU. Más allá de ser una herramienta política, los aranceles pueden generar mayores costos para los consumidores, desincentivar la inversión y aumentar la incertidumbre económica.
Dijo que la historia demuestra que el proteccionismo excesivo ha traído más consecuencias negativas que beneficios. En un mundo interconectado, la solución debe centrarse en acuerdos comerciales equilibrados y estrategias que fortalezcan la competitividad sin afectar el crecimiento global.
*Con información del Observatorio de AmCham Colombia.
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