Para avance de generación renovable se requiere marco regulatorio sólido: SER Colombia

La adición de nuevas fuentes no convencionales de energía renovable es clave para alcanzar el compromiso del Gobierno Nacional de reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero en Colombia en 2030 frente a un escenario base, y el de ser un país carbono-neutral en 2050.

Por estos compromisos adquiridos en la COP26 de Glasgow, desarrollada en 2021, el Gobierno está reorientando las políticas públicas hacia una aceleración decidida de la transición energética en el país.

La Hoja de Ruta de la Transición Energética Justa, que está publicada para observaciones y comentarios hasta el próximo 15 de septiembre, señala que es preciso sustituir el uso de los combustibles fósiles en la generación de electricidad, así como en otros sectores de la economía del país. Al tiempo se debe incorporar la generación de energías alternativas (solar, eólica, geotérmica, hidrógeno).

Precisamente para saber cómo va el avance de la incorporación de estas fuentes no convencionales de energía renovable, EL NORTE, dialogó con Alexandra Hernández, directora ejecutiva de la Asociación de Energías Renovables, SER Colombia.

Pregunta Mónica Bolaño:
¿Cuál es el escenario presente y futuro de la generación de energía eólica y solar en Colombia?

Responde Alexandra Hernández:
Colombia cuenta con un potencial significativo para el desarrollo de energías renovables, por la ubicación geográfica y las señales de transición energética que se vienen dando, que además despiertan un interés creciente en los inversionistas. Según datos de XM, actualmente la capacidad instalada en generación solar y eólica es de 429.25 MW y 18.42 MW, respectivamente, que representan cerca al 2% de participación en la matriz energética de electricidad.

Si bien se han realizado grandes esfuerzos por aumentar esta participación de energías renovables no convencionales, es preocupante el retraso en la puesta en marcha de los proyectos, ocasionada por un cuello de botella en los trámites, por las cargas fiscales impuestas con el Plan Nacional de Desarrollo por las transferencias del 6%, y la reforma tributaria, que en un contexto macroeconómico con tasas de interés altas y tasas de cambio altas, no favorecen el cierre financiero de estos proyectos y ponen en riesgo la viabilidad de las inversiones.

El escenario futuro de la generación renovable será favorable si se garantiza el desarrollo de los proyectos a través de un marco de política pública y regulatoria sólido que permita nivelar la cancha para la participación de las renovables en el mercado y que garantice la competencia y viabilidad económica de los proyectos de FNCER.

M.B. ¿En ese escenario cómo está la región Caribe?

A.H. La región Caribe es importante para el desarrollo de las renovables en tanto que tienen el mayor potencial con estos recursos. De los proyectos mapeados desde marzo por Ser Colombia hay 42 en desarrollo en la región Caribe, que para su entrada en operación requieren un trabajo articulado con el gobierno, las comunidades, las empresas y las autoridades locales y nacionales, para que pueda haber un desarrollo de estos proyectos de manera armoniosa con todos los actores involucrados y con el medio ambiente.

M.B. ¿Qué proyectos están en ejecución en la región Caribe y el resto del país, y una vez terminados, qué capacidad de generación tendrán?

A.H. Según los proyectos mapeados en el informe de Ser Colombia, actualmente hay 80 proyectos de nuestros asociados que se están desarrollando en el país y representan un total de 3330 MW de capacidad. Estos proyectos tenían programada la entrada para 2023 (1280 MW) y 2024 (2050 MW), sin embargo, la entrada de varios de estos proyectos se ha retrasado por los problemas mencionados. Según el informe, en la región Caribe hay 42 proyectos mapeados, que representan un total de 2.356 MW.

M.B. Aproximadamente, ¿cuánto se está invirtiendo en estos proyectos?

A.H. SER Colombia estima que los 80 proyectos mapeados representan inversiones entre dos mil quinientos y tres mil cuatrocientos millones de dólares, lo cual anualmente sería una inversión promedio de mil quinientos millones de dólares.

M.B. ¿Va bien la transición energética en el país, o ha tenido obstáculos que no la dejan avanzar al ritmo deseado?

A.H. Para que se cumplan los objetivos de la transición energética es imprescindible que se garantice la entrada de los proyectos de generación FNCER.

Actualmente el mayor obstáculo son los retrasos en el desarrollo de proyectos por trámites, y es por esta razón que se necesita realizar un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las comunidades y las empresas para avanzar en la descarbonización de la economía.

Además, la participación de renovables no convencionales puede verse favorecida si se ajusta la remuneración de la energía en firme para que se reconozca de mejor manera la complementariedad que ofrecen las renovables al sistema. Es decir, se debe ver reflejado el aporte que hacen las renovables en los momentos de mayor sequía dado que es cuando hay más radiación solar y más viento.

Ver reflejada esta complementariedad en las condiciones bajo las cuales se desarrolla el cargo por confiabilidad, es un ejemplo del tipo de regulaciones que se necesitarían para aumentar el aporte de las renovables al Sistema Interconectado Nacional.

M.B. En síntesis, ¿cuáles son las ventajas y desventajas de las fuentes renovables no convencionales?

A.H. Las energías renovables viabilizan y articulan la transición y la electrificación de la economía, permiten llevar soluciones limpias y competitivas a regiones apartadas y a todo el país, ayudan a diversificar la matriz energética y no depender de un solo recurso de generación, y en especial, podrían atender los desafíos de corto y mediano plazo en la oferta energética, como el Fenómeno del Niño.

Por otro lado, las renovables presentan desafíos técnicos y económicos como su intermitencia al depender de las condiciones climáticas, requerir tecnología avanzada y desarrollo de nuevas redes y la necesidad de grandes inversiones iniciales.