- Por Santos Suárez B.
Las elecciones presidenciales que se realizarán el próximo año sin duda que serán cruciales para el modelo de país que más le conviene a Colombia y sus más de 52 millones de habitantes.
Si gana un o una aspirante de izquierda, a partir del 7 de agosto de 2026 iniciará una gestión encaminada a profundizar las políticas estatizadoras del actual gobierno. Si quien gana es de derecha, echará atrás lo implementado por Gustavo Petro en este y otros temas. Y si triunfa alguien de centro, también buscará enderezar lo que considera que el actual jefe de Estado ha torcido en detrimento del país.
Las encuestas han ido clarificando quiénes son los más serios aspirantes, y desde ya se puede decir que a pesar del amplio abanico de precandidatos, se destacan los siguientes nombres: Vicky Dávila, Sergio Fajardo, Germán Vargas, Gustavo Bolívar, Claudia López y Juan Manuel Galán.
Tal vez de esta lista saldrá el próximo presidente de Colombia para el período 2026-2030, a menos que repunten otros dirigentes que hoy tienen menos favoritismo como Miguel Uribe, Daniel Quintero, Alejandro Gaviria, María José Pizarro o María Fernanda Cabal, entre otros. O que salga a la palestra otro u otra aspirante con gran liderazgo y capacidad de arrastre electoral que cambie el tablero político actual.
Por haber sido candidatos antes, tienen mayor recordación nacional Germán Vargas y Sergio Fajardo, lo que no significa que por ello tengan las mayores probabilidades de ganar.
Gustavo Bolívar se perfila como el candidato de la izquierda con mayor opción para ser el ungido del petrismo y por ende del Pacto Histórico, lo que le da fortaleza política para llegar a la segunda vuelta, si se tiene en cuenta el respaldo que mantiene Gustavo Petro en buena parte de las franjas populares de la ciudadanía, en especial el sector de los trabajadores.
A su favor también tiene que es uno de los abanderados de la Consulta Popular que impulsa el gobierno para que los colombianos se pronuncien sobre los puntos de la Reforma Laboral que recientemente hundió la Comisión Séptima del Senado de la República.
El factor negativo en su contra es que con una u otra excepción de dirigentes de la Alianza Verde y uno que otro congresista liberal, ninguna otra fuerza política diferente al petrismo, se sumaría a su campaña. Eso le restaría posibilidades.
Vicky Dávila, Claudia López y Juan Manuel Galán, si bien son figuras conocidas y con méritos para estar en la contienda, tampoco serían alternativas atractivas para la clase dirigente tradicional y por ende para las grandes maquinarias que son de mucha ayuda para inclinar la balanza.
Sergio Fajardo tiene vuelo propio, y con una campaña inteligente y muy estratégica, podría llegarles a los millones de colombianos que no quieren ni candidatos uribistas, ni petristas. Si es ingenioso y moderno en su campaña, puede llegar a segunda vuelta.
Pero sin duda que el aspirante con mayor peso político es Germán Vargas Lleras, quien, con su larga trayectoria y amigos en todos los partidos políticos, incluyendo el Centro Democrático, es gran opcionado para pasar a la segunda vuelta.
En síntesis, en estas elecciones presidenciales que no están ni tan cerca, ni tan lejos, lo más probable es que el petrismo pase a segunda vuelta para enfrentarse o con Vargas o Fajardo. Y lo que sí es seguro es que al final todos se unirán en contra del candidato de izquierda, esforzándose al máximo para derrotarlo y derrotar con ello al presidente Gustavo Petro.
Pero también podría ocurrir que el candidato petrista se desinfle por el efecto de los graves problemas de orden público que se registran en el país, al igual que los escándalos de corrupción, y no pase a segunda vuelta. Disputarían entonces la Presidencia Sergio Fajardo y Germán Vargas. En ese escenario es muy probable que Petro apoye al candidato del Centro.

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